Editorial

Mirar hacia adentro

El coronavirus viene ocupando los principales titulares en los medios nacionales desde marzo, las condiciones fueron variando de manera dinámica, en especial durante los últimos días, a raíz del crecimiento exponencial de casos.

En reiteradas oportunidades, a lo largo de los más de tres meses de aislamiento que se acumularon como consecuencia de las reiteradas cuarentenas, también cambiaron los mensajes de las autoridades políticas y de los especialistas.

Si bien se habló de priorizar la salud de la población desde el primer momento, en un gesto que tuvo una adhesión unánime, no siempre fueron precisas las informaciones que se brindaron.

Se asumieron riesgos innecesarios cuando se mencionaron fechas, algo que en una enfermedad desconocida para todos, no es lo más prudente.

Hubo expresiones desafortunadas, que con la actual tecnología no resisten un archivo, como la de "no llegará tan pronto al país" o como la de "tenemos dominado al virus", que intentaron minimizar los efectos del Covid-19.

Hoy la realidad es muy preocupante y los contagios que se informan a diario, superan largamente el millar y hasta llegaron a ubicarse por encima de los dos mil en una jornada.

También quedó atrás la barrera de las mil víctimas fatales, que parecía bastante lejana hasta poco tiempo atrás.

Si bien el noventa por ciento de los casos se registran en el Area Metropolitana Buenos Aires (AMBA), repartiéndose casi equitativamente entre Capital y Provincia, hoy ya se encienden las alarmas en otros lugares.

Ni hablar del Chaco, donde las cifras son alarmantes desde el inicio y nunca se lograron controlar.

Algo similar ocurre en Río Negro, que se ubica hoy por encima de Córdoba y Santa Fe, las dos más densamente pobladas luego del AMBA, que si bien continúan reportando casos, están por debajo en ese ordenamiento.

Por estos días, el tema que salió a la luz con más fuerza es el de la capacidad de los centros de salud para recibir a los futuros pacientes, a tal punto que ya se reconoció que algunos lugares podrían llegar a colapsar.

Las camas disponibles empiezan a reducirse considerablemente en los distritos más afectados y ese tema viene requiriendo de un análisis muy profundo.

La situación, a esta altura de las circunstancias, parece estar todavía controlada, pero nadie está en condiciones de garantizar que en la medida que la curva no logre aplanarse, en el futuro se generarán lógicas complicaciones.

En reiteradas ocasiones, en los últimos tiempos, para corroborar el buen trabajo que se viene realizando en el país desde el inicio de la pandemia, se apeló a ejemplos que no resultaron oportunos.

Hablar de los más de un millón de infectados y de los más de 50.000 muertos en Brasil no fue prudente; como tampoco lo ha sido ocuparse de la cantidad de fallecidos y contagiados que se vienen registrando en Chile.

Esos cuadros, que apuntaron a comparar distintas situaciones, fueron replicados en especial por los vecinos trasandinos, en un momento crítico para todos.

No es bueno ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio, expresa un dicho popular. Desde el gobierno nacional, deben seguir ocupándose, como lo vienen haciendo desde siempre, de lo que ocurre en nuestro territorio.

Es lo más importante, porque es nuestro pueblo el que está pendiente de lo que sucede puertas adentro y no hay que perder de vista ese detalle, que no es menor.

Tampoco se deben pronunciar vaticinios desalentadores, como lo hicieron algunos funcionarios, porque el ánimo de la gente está demasiado bajo como para escuchar discursos apocalípticos.

Que la cuarentena se prolongaría como mínimo hasta octubre. O que podría extenderse el distanciamiento social al menos hasta 2021. Puede ser que aquellos especialistas que opinan de esa manera estén en lo correcto. Claramente, no es el momento adecuado para expresarlo.

Mientras hasta ayer se especulaba con volver a la Fase 1, a partir de la reunión que convocó el presidente Alberto Fernández y de la que participaron Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta en Olivos, hoy el panorama sería diferente.

De todos modos, habrá que esperar, apenas un par de días, para tener mayores precisiones sobre las medidas que se van a estar tomando, aunque se podría decretar una nueva cuarentena luego de más de un centenar de días en esa condición.

En nuestro país, todavía no podemos hablar de rebrote, porque aún no se llegó a la cima, pero esa luz roja sí volvió a encenderse en otras naciones, incluso en Uruguay, donde los contagios y fallecimientos han sido escasos.

Siempre hay que estar preparados y con la guardia alta para seguir dando pelea en esta lucha desigual con un enemigo invisible que llegó desde Oriente.



Autor: REDACCION

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