El Congreso es un hervidero. Y, además, es el lugar donde repercuten como en ningún otro lado las diatribas, insultos y agravios que propala diariamente Javier Milei contra quienes, supuestamente, no lo entienden. Es que, efectivamente, también es lo más representativo de “la casta”, en la que muchos cobran sin poder ejecutar nada salvo dictar leyes, buscar mayorías, conspirar minorías y proyectar un futuro que nunca llega.
Pero, en la derogación del DNU en el que se le brindaban $100.000 millones de pesos a la SIDE que conduce indirectamente el contratado presidencial pero jefe del Gobierno nacional, Santiago Caputo, Mauricio Macri empezó a activar y al presidente se le empezó a humear la cocina. El día anterior ya había salido a la luz la distancia y la pelea que tiene con Victoria Villarruel.
Macri y Villarruel como villanos, el escenario perfecto para el relato de Caputo y Karina Milei, siempre influenciada por los primos Menem, Eduardo y Martín, quienes hoy no pudieron hacer nada para frenar el rechazo a un decreto cuyo único beneficiario era el joven Caputo, quienes algunos dicen que está enemistándose de “el jefe” Milei.
“Yo no sé si están peleados, pero hoy me pareció que no le molestaba mucho lo que estábamos votando”, expresó un experimentado legislador que destacó que hayan llamado a Nicolás Massot para izar la bandera en la previa de la sesión. Massot no solo fue quien promovió la sesión especial, sino que fue el mayor blanco de todos los ataques de trolls arbitradas desde la Casa Rosada con esos fondos que se querían cortar.
Sin embargo, para la diputada nacional Lourdes Arrieta, libertaria que se atrevió a bajar al recinto a pesar de la negativa de su bloque, el supuesto desinterés menemista para “exponer a Santiago” no fue tal. A los gritos, a solo diez centímetros de distancia, le gritó e insultó a Martín Menem por las amenazas que recibió por su actitud. Inclusive el padre de la legisladora Rocío Bonnacci quiso intervenir y ambos fueron desalojados por la seguridad solicitada a los gritos por el presidente de la Cámara de Diputados.
"Los 156 votos conseguidos son 'primos' de los más de 140 que conseguimos cuando votamos por los fondos universitarios y casi la misma cantidad que conseguimos para aprobar la nueva fórmula jubilatoria” dijo, entusiasmado, un legislador radical.
Sin embargo, lo que “relajó la sesión” fue “el zoom que hoy a la mañana organizó Mauricio. Le quiso dar un chirlo al Gobierno y se lo dio”, opinó Emilio Monzó, quien recién vio asegurados los votos para sesionar este miércoles por la mañana luego de la decisión del presidente del PRO, cansado por los desaires recibidos por su partido y sus gobernadores, fundamentalmente el porteño. Es casi un hecho que volverán a fracasar las negociaciones para que el Gobierno central le devuelva la plata que le quitó durante la gestión de Alberto Fernández por su coparticipación y después de un acuerdo no se concretó el pago a la Ciudad, tal cual se había dispuesto.
Los amantes de las conspiraciones, dejan trascender que Macri “se cansó”. Sin embargo, uno de sus consejeros, aclara que “la ira es con Santiago, pero eso repercute, lamentablemente en Milei. De ahí que esté en una jugada con la vice es una locura que ni siquiera se puede analizar”.
Uno de los pocos operadores experimentados del oficialismo ya viene advirtiendo sobre la obligación presidencial de “terminar con el twitter”. “Cada vez que escribe o dice algo, es una sesión en contra. En democracia, el Parlamento tiene tanta importancia como el jefe de Estado y máxime cuando no tenés legisladores propios”, afirmó.
“Una cosa es seguir la relación con la gente, pero si eso es en base a desmantelar acuerdos institucionales, es una tontería. No estamos cumpliendo con los gobernadores, ni dialoguistas ni de los otros. Eso tampoco sirve”, comentó.
Hoy, en el Senado de la Nación, habrá una nueva jornada de tensiones y mensajes. No sólo por el sueldo de los senadores sino por las posiciones de la vicepresidenta Villarruel, dispuesta a diferenciarse del presidente de la Nación en cada oportunidad que puede. Sin embargo, esa actitud tiene un límite. Y es similar al que la gente le está poniendo a la hermana de Milei, sobre quién se preguntan ¿quién la eligió para tener tanto poder?
El elegido por el 30% de la gente fue Milei y en la doble vuelta de noviembre recién se asomó Villarruel con su aporte. En una pelea entre ambos quién más rápido perderá será la vice, quien desde ya fue advertida, y ella lo percibió antes, que no tendrá ninguna injerencia en las futuras elecciones y, de a poco, empezará a ser una paria del poder, similar a Julio Cobos. ¿Afectará su fortísima personalidad al verse corrida? Seguramente sí.
Más allá de la "emoción" que representó la sesión en un amplio espectro de la política, lo sucedido no impactó como lo hace el escándalo de la expareja presidencial. Y con esa base trabaja el Gobierno, que espera siempre de otros aunque los antecedentes que tienen los que intentaron ayudarlo terminan mostrando lastimaduras y juras de venganzas futuras.
Mientras tanto, en algún lugar, la mesa política de Guillermo Francos, Lisandro Catalán, José Rolandi y los Menem debe seguir analizando si les conviene "cerrar" con el peronismo norteño más lo que puede llegar del menemismo residual que aún queda en el Congreso, o reconsiderar aquello que Patricia Bullrich le dijo a toda su gente el día después del Pacto de Acasusso: "Si nos aliamos, tenemos que ir con todo nuestro equipo". Es lo mismo que le pide Macri, pero quizás las formas y los nombres provoquen miedo en el Gobierno que no quiere pintarse de amarillo.