Un vecino de nuestra ciudad, domiciliado en Barrio Pizzurno, dialogó en la jornada de hoy con un cronista de LA OPINIÓN, dando a conocer un hecho contra la propiedad que lo tuvo como víctima y que le causa honda preocupación ya que se trató del robo de su moto en su domicilio del citado barrio, donde malvivientes violentaron un portón de ingreso a su vivienda y le sustrajeron el vehículo.
Este rodado es fundamental para el desenvolvimiento cotidiano de nuestro entrevistado, ya que según expresó: “es una herramienta de trabajo para mi”.
Entrando ya a la narración del suceso vivido, nuestro interlocutor señaló que, “ayer domingo en horas de la tarde, a las 15, despedimos a mi hijo que viajaba para la ciudad de Córdoba, por lo cual minutos después cerramos el portón de acceso -es un portón abierto-, e ingresamos nuevamente a nuestra casa”.
“Nos acostamos a dormir la siesta -siguió- para luego continuar con la actividad de la casa alrededor de las 16.30. Siendo las 17.25, yo personalmente salgo al patio y veo el portón abierto y que la moto no estaba en su lugar”.
Continuando su relato, la víctima de este hecho agregó que, “salí a la calle para ver si veía algo y nada. La moto es una Honda de color azul, es una moto vieja que no paga patente ya y la tengo desde hace muchos años”.
Añadió: “hicimos la denuncia a [la Central policial] 911, a la Guardia Urbana (GUR), quienes vinieron de inmediato, recabaron las primeras informaciones, dieron aviso y después vino gente de la Comisaría Primera que preguntaron más datos”.
Ya cerrando su denuncia, el rafaelino damnificado por este hecho contra la propiedad comentó que, “hay información del Centro de Monitoreo (CeMU) que la han visto por calle Marchini yendo hacia el barrio 2 de Abril, alrededor de las 4 de la tarde. Esta mañana yo personalmente hice la denuncia en la policía, la denuncia formal, y hasta ahora no hay novedades” concluyó, con un tono angustiado por haber sufrido el robo de -como él mismo lo dijo-, un elemento vital para su desenvolvimiento cotidiano.
Esperemos que con el correr de las horas, todo este hecho quede solamente para la anécdota y que la moto Honda en cuestión sea recuperada y restituida a su legítimo dueño.