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“Mi familia se enteró que fui a Malvinas a través de la radio y de la televisión”

Crédito: GUILLERMO TARTAGLIA. Fue protagonista de aquel 2 de abril de 1982 y contó su experiencia personal.

El 2 de abril de 1982 Leopoldo Galtieri puso en marcha la operación Rosario con el objetivo de recuperar las Islas Malvinas. La guerra de Malvinas se extendió hasta el 14 de junio de ese mismo año cuando las fuerzas militares argentinas debieron rendirse. Hoy, a 40 años del conflicto armado que marcó a varias generaciones argentinas recordamos a los jóvenes que lucharon por nuestro país. Muchos de ellos perdieron su vida en combate. En el Departamento Castellanos fueron cuatro las pérdidas, Hugo Moretto (Sunchales), Elías Zurbriggen (Rafaela), Jorge Duks (Sunchales) y Gustavo Miretti (Ataliva).
Carlos Tartaglia es el actual presidente del Centro y Museo de Excombatientes en Malvinas de Rafaela y el Departamento Castellanos. Hemos recurrido a él para que nos relate su experiencia personal. Nos parece enriquecedor contar con el testimonio de uno de los protagonistas de este hecho histórico que marcó a nuestro país.

- ¿Qué recuerda de cuando fue convocado?
- En el año 1981 me convocan para el servicio militar. En ese momento fui incorporado a la base naval de Puerto Belgrano, provincia Buenos Aires, que está ubicado en Punta Alta. Ahí tuve dos meses de instrucción en campo Sarmiento. Luego me destinaron al buque insignia de la Armada que era el portaaviones ARA Veinticinco de Mayo. Durante un año, esa fue mi casa. Como parte del servicio militar, salíamos a navegar. Un día salimos como siempre, pensamos que era una navegación más, pero no fue así. En realidad, se iba a recuperar Malvinas. De eso nosotros nos enteramos después, cuando el segundo comandante nos informa. Nos dijo que íbamos a ser parte de la historia porque íbamos a recuperar las Islas Malvinas. Nadie se esperaba esa noticia, fue una sorpresa. Por un lado, sentimos alegría, teníamos la ilusión de recuperarlas, pero por el otro, incertidumbre, no sabíamos cómo iba a ser eso.

-  ¿Cuándo se entera su familia?
Mi familia se entera a través de la radio y la televisión, no pudimos comunicarnos, y de hecho esa última semana no nos dejaron más enviar cartas. A través de los medios se entera su familia, ¿qué le cuentan ellos, después, de lo que sintieron en ese momento? Se sintieron un poco desesperados, tenían miedo e incertidumbre. Los angustiaba no tener noticias mías. Tampoco tenían donde preguntar, si ellos llamaban a la Armada nadie les contestaba, la única información que tenían era gracias a los medios. A raíz de todo esto, mis padres sufren un accidente automovilístico dónde quedaron los dos muy mal y estuvieron casi un año internados en el hospital de San Francisco.

- ¿En el momento de la rendición qué sintió?
En ese momento las flotas ya habíamos ingresado al puerto. Cuando nos enteramos, nos dio bronca porque pensábamos que iba a ser distinto, que las íbamos a poder recuperar. Teníamos la ilusión de ganarlas. Los ingleses vinieron muy bien armados y equipados, pero asimismo la lucha que le dio la Argentina es para destacar. Los soldados que estuvieron en tierra en Malvinas, más la fuerza aérea tanto de la armada como la aeronáutica, había que sacarse el sombrero porque dieron todo por la Argentina, de eso estábamos orgullosos.

- ¿Cómo fue el regreso, el reencuentro con la familia?
El 14 de junio se firma el cese de fuego. Desde el buque pudimos llamar a nuestras familias y ahí me entero de la situación que vivían mis padres. Pero no pude volverme, aún nos quedaban tres meses de servicio militar y hubo que cumplirlos religiosamente. Una vez que cumplimos ese plazo, nos dieron la baja y pude volver con mis padres que seguían internados y cuidarlos.

 - A 40 años del inicio de la guerra, ¿qué sensaciones tiene?
El último día, nos dijeron que nos vayamos tranquilos que íbamos a conseguir trabajo en donde sea y eso, la verdad, no fue así. Nos costó mucho insertarnos en la sociedad, algunas personas incluso trataron de “loquitos de la guerra” a los excombatientes. Entonces muchos se sentían mal por no conseguir trabajo, algunos sí lo lograron. Lo que ayudó mucho, en ese momento, fue la familia. En mi caso en particular, mis padres estaban accidentados, pero igualmente siempre tuve el apoyo del resto de mi familia, de mis hermanas y demás parientes. Sin embargo, algunos compañeros no contaron con el apoyo de la familia. Hubo, entonces, 10 años de abandono. En esos 10 años puedo asegurar que fallecieron mucho más de los que murieron en Malvinas, fue como decimos la posguerra. En esos 10 años el abandono fue terrible.
Dado el nulo avance de la diplomacia, ¿piensa que alguna vez recuperaremos las islas o es escéptico al respecto?
Como decimos siempre las Malvinas son argentinas, y estamos convencidos que con el tiempo las vamos a recuperar. A lo mejor nosotros no lo veamos ni tampoco nuestros hijos, pero tengo la esperanza de que nuestros nietos puedan ver que las Malvinas son devueltas. Sabemos que es muy difícil, por todo lo que representan las Islas, más específicamente el Mar Argentino que tiene muchas riquezas como el petróleo, la pesca y el agua dulce.

- ¿Cree que la comunidad argentina y rafaelina abrazan la causa Malvinas o solo eso se las tienen presente en esta fecha?
- Puedo decir que la mayoría apoya mucho la causa. Hoy, después de 40 años veo mucha gente que quiere cada vez más a las Islas Malvinas, y respetan al veterano. Lo vemos en las visitas que recibe nuestro museo, tanto adultos como niños se interesan, muy pocos son indiferentes.

- ¿Qué nos puede contar sobre el Centro y el Museo?
- El Centro se inauguró en el año 2000 y el museo en el año 2013. No fue fácil adquirir las piezas que tenemos en exhibición. Se hizo un pedido a la Armada, en ese momento el presidente del Centro era Carlos Sciutto. Así se adquirió una balsa, un cañón y un ancla que fueron donados por el Ministerio de Defensa. El resto de las cosas como carpas, municiones, indumentaria de soldados, cuadros, las tuvimos que comprar y pagamos precios que eran una locura. Además, recibimos algunas donaciones como un gorrito del ejército, una réplica de pistola hecha en 3D, una maqueta de un avión, entre otros, estamos muy agradecidos por ello.
Entre los visitantes podemos destacar a los contingentes escolares. A los niños lo que más les llama la atención es la balsa, es similar a la que permitió que se salvaran los tripulantes del Crucero General Belgrano.
Este mes volvimos a abrir al público, lo tuvimos cerrado por refacciones y por todo lo que implicó la pandemia. Actualmente el museo abre los martes y jueves de 15 a 19 horas, la dirección es Av. Italia 1147. Las escuelas o grandes contingentes pueden coordinar la visita al teléfono: 03492 – 15569924 (Marcelo Pomba). 


Autor: REDACCION

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