Editorial

Merma laboral

En el segundo trimestre de este año, tal como había ocurrido en el primero con 0,2%, según mediciones oficiales de la Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo que se difundieron recientemente, hubo retracción en el empleo, alcanzando un promedio de 0,4% y con los mayores registros en Mendoza con -1,4% y Córdoba -1,2%, mientras que el único distrito en que no hubo caídas fue Tucumán. Se trata, como puede apreciarse, de porcentajes leves, pero el hecho de haberse duplicado alcanza como para preocupar, pues si bien aún no se conocieron las mediciones del tercer trimestre bien puede decirse que por las apreciaciones -aunque muy subjetivas- la actividad laboral no sólo no ha repuntado, sino que da la sensación de haberse mantenido en retroceso. Lo cual, de ser de tal modo, estaría afianzando una tendencia realmente preocupante, más aún si tenemos presente que dentro de la masa laboral se incluye a los receptores de subsidios y también a quienes hayan trabajado aunque sea un mínimo de horas semanales.

Es cierto que este deslizamiento no tiene la importancia como durante la anterior crisis de 2008-09, pero igualmente reviste cierta intranquilidad, pues dentro de la caída y bastante significativa se encuentra el sector de la construcción, el cual tiene un participación preponderante de todo el conjunto, no sólo por la diversidad de mano de obra sino también por la producción y comercialización de una amplísima variedad de productos y materiales. En tanto que otro sector en franca desaceleración es el inmobiliario, que desde las restricciones impuestas al dólar no ha pedido recuperar el terreno que cedió muy bruscamente.

Otro dato a tener en consideración, ya que todo está relacionado con todo, es la recaudación obtenida en el pasado mes de septiembre tanto en el plano impositivo como el de la seguridad social, que también estuvo en caída, siendo los más afectados en tal sentido el consumo interno y el comercio exterior.

Tomando los datos declarados ante la AFIP, tenemos que en el segundo trimestre de 2012 se perdieron nada menos que 72.780 empleos en blanco, mientras que el total de empleados ascendió a 6.245.638. una cifra notoriamente inferior al primer trimestre que había sido de 6.297.618, lapso que se vio más severamente afectado por el comienzo durante el mismo de la restricción a las importaciones y el cepo sobre el dólar.

Si esto que decimos sucedió por lo que dice el informe oficial del propio Ministerio laboral, debe suponerse que otro tanto debe haber acontecido con los puestos de trabajo en negro, que siempre resultan de mayor fragilidad al momento de los despidos, ya que si bien tienen menor costo en el pago salarial, también lo son al momento del despido por la inexistencia de recompensas de otro tipo.

Debe también destacarse, que si en los meses de abril, mayo y junio se perdieron 72.780 empleos, la cifra no fue mayor debido a la incorporación de 14.263 nuevos agentes incorporados al sector público, que en total ya suma 1.501.937 dependientes. Los mayores niveles de incorporación se produjeron en las provincias, los municipios y las empresas públicas, ya que es una de las formas con las que se trata de cubrir el déficit laboral en el área privada. Como en esta estadística no figuran las provincias que no transfirieron sus cajas previsionales a la Nación, se estima que además de la cantidad mencionada, hay al menos otro 1,5 millón de empleados públicos.

Si partimos de la base que hay 3 millones de empleados públicos en todos los niveles, caemos en la cuenta que se trata casi de la mitad de los algo más de 6 millones de trabajadores del sector privado que se encuentran en blanco, y aún cuando resta contabilizar el trabajo en negro, tenemos una situación que se va deteriorando aceleradamente en cuanto a la desproporción del área pública.

Discriminando por regiones, las tres provincias que mayor efecto negativo tuvieron fueron Córdoba, Jujuy y Río Negro desde el punto de análisis proporcional, pero en cuanto a volumen en cambio la mayor explicación la dieron la provincia de Buenos Aires con 37.327 y la ciudad de Buenos Aires con 13.388, sumando en conjunto poco más de 50.000 empleos perdidos en esos tres meses, del total de los 72.780.

Autor: Redacción

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