Editorial

Mercado laboral incierto

Mientras la segunda ola de Covid que acecha a la Argentina parece inevitable, lo que agita el fantasma de la Fase 1 con su cuarentena estricta y circulación restringida a personal esencial, entre otras incógnitas que surgen en un contexto cambiante es que pasará con la economía, muy golpeada en los últimos años. Las empresas y los trabajadores ya no resistirían un cierre parcial o total de distintos sectores ni tampoco el Gobierno está en condiciones de enfrentar un nuevo programa de subsidios masivos al estilo del ATP, tal como lo hizo el año pasado. 

Incertidumbre es la sensación que siempre está presente en todos los órdenes de la vida, pero desde el año pasado con mucha mayor densidad y espesura. Es que las cosas pueden cambiar de un momento a otro, y está visto que la vacuna no es suficiente para recuperar los tiempos que antecedieron al coronavirus. Nada es para siempre postulaba una canción de Javier Calamaro, lo que una vez más salta a la vista y confirma su vigencia. 

Entonces, las amenazas que se ciernen sobre la Argentina por la segunda ola hasta pueden poner en crisis las proyecciones del Gobierno nacional, que espera que la economía se recupere entre un 6 y un 7 por ciento a lo largo del 2021. Sin poder contener la escalada de los precios, la inseguridad ni al Covid -con problemas para acceder a las vacunas-, la gestión de Alberto Fernández tiene escasez de buenas noticias. Es necesario admitir también que un avanzado programa de vacunación contra el coronavirus no garantiza nada, tal como le ocurre a Chile en estos días que asiste a un incremento de los contagios pese a haber inmunizado a un elevado porcentaje de su población. 

Así las cosas, el interrogante sobre el futuro de la economía argentina, siempre estresada, suma preocupación y enciende las alarmas. A lo largo de 2020, producto de la pandemia y la crisis económica, unos 220 mil puestos de trabajo formales se perdieron en el país, según el informe de una consultora, que reconoció que los planes oficiales atenuaron el impacto. Este número representó una caída del 1,8%, acumulando una destrucción de 446 mil puestos (baja del 3,6%), si se extiende la medición hasta diciembre de 2017.

En 2020, la actividad cayó 10%, mostrando su peor retroceso desde 2002. Como era de prever, este deterioro impactó en casi todos los frentes de la economía: la demanda, los salarios y el empleo, entre otros, sufrieron la crisis del año pasado, indicó en su estudio la consultora Ecolatina. De todos modos, si bien la crisis que se agravó por la pandemia es tan profunda como generalizada, no todos los sectores sufrieron de la misma manera.

Los rubros esenciales cayeron menos que los no esenciales y en la misma línea, la producción de bienes se redujo menos que la de servicios. Esta dinámica heterogénea también se verificó en el mercado de trabajo formal: los asalariados privados, los empleos de mayor calidad, fueron los que más sufrieron la crisis (202.000 puestos, 3,4% de caída). 

Mientras que los monotributistas y autónomos cayeron "solo" 1,4% (40.000 puestos), puntualizó el estudio. En sentido contrario, el empleo público creció 0,6% en sus tres niveles de gobierno -nacional, provincial y municipal-, sumando poco más de 19.000 trabajadores y resaltando el carácter contracíclico del gasto público.

La consultora estimó que podría pensarse que el mercado de trabajo formal recuperaría el terreno cedido en cuanto reaccione la demanda. Sin embargo, aclaró que  esto no se daría, y no solo porque la destrucción de puestos de trabajo registrados fue un tercio de la del nivel de actividad: el cierre de más de 20.000 empresas durante el año pasado ralentizará la creación de puestos de trabajo en la pos-pandemia.

La semana pasada, el INDEC presentó el informe sobre la evolución del mercado laboral en el último trimestre del año pasado. El reporte afirma que la tasa de desempleo se ubicó en el 11%, al cierre del último trimestre de 2020, lo que representó una baja de 0,8 puntos porcentuales respecto del tercer trimestre. En tanto, en el cuarto trimestre de 2020, la tasa de actividad se ubicó en 45%; la tasa de empleo en 40,1%; y la tasa de desocupación en 11%.

El informe detalló que los desocupados con tiempo de búsqueda de 6 a 12 meses representaron 27,1% del total, el valor máximo de la serie y el doble que en igual trimestre de 2019.

La encuesta abarca a un universo de 28,7 millones de personas en 31 conglomerados urbanos y de este total la Población Económicamente Activa representa un 45%, esto es, 12,9 millones de personas. En consecuencia, 1.400.000 personas estaban desempleadas a fines de 2020 mientras que 11.500.000 personas estaban ocupadas. Es decir que si bien estaría descartado un empeoramiento dramático del desempleo en el país, también una recuperación veloz. 


Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web