Suplemento Economía

Mercado cambiario: la gran incógnita del segundo semestre

Tras la calma de los últimos meses, a mediados de junio el mercado cambiario argentino comenzó a agitarse. El deterioro de la calificación del mercado argentino en el índice MSCI desde la categoría de Emerging a Standalone y las mayores dificultades del BCRA para conseguir los dólares de la cosecha impulsaron la demanda de dólares a través de los canales financieros.
Además, el anuncio de la FED de suba de tasas de política monetaria antes de lo esperado y el comienzo de las charlas sobre el posible inicio del retiro de las compras de activos, afectó negativamente la demanda de los activos de países emergentes. La salida de capitales de emergentes tuvo su impacto local con un deterioro en los precios de los activos, en particular los bonos globales que descendieron un 7% en promedio, siendo los más afectados los bonos de menor duración.
Otro efecto negativo para el mercado cambiario fue la caída en el precio de la soja. Tras ubicarse en torno a los USD 580 por tonelada a inicios de Junio, el precio cayó en USD 100 por tonelada tras la expectativa de una mejora climática en el Midwest estadounidense. Este precio fue mejorando al conocerse que la siembra de soja y maíz habría sido inferior a lo previsto en USA, situándose en la actualidad su precio en USD 530 por tonelada, recuperando la mitad del camino perdido en el mes de junio.
Por otro lado, la liquidación semanal acumulada de los exportadores también sufrió en junio tras la caída en los precios de las commodities agrícolas. Las ventas semanales pasaron de USD 1.111 millones a lo largo de mayo a los USD 850 millones en la primera quincena de junio, descendiendo aún más hasta llegar a un promedio semanal USD 700 millones en la tercera semana de junio.
Sin embargo, la mejora en la cotización de la oleaginosa ha incentivado el volumen de ventas, las liquidaciones de la última semana del mes pasado retornaron a los USD 1.000 millones semanales. De este modo, la oferta se mantiene elevada, tras alcanzar el máximo de USD 4.444 millones en mayo, mientras que en el mes de junio se estima un valor aproximado de USD 3.400 millones.
A pesar de sostenerse elevada la oferta del sector agropecuario, el BCRA no logró sostener las compras en el MULC, alcanzándose en junio compras estimadas por USD 730 millones para recomponer sus reservas, es decir la mitad de lo comprado en abril y un tercio de lo comprado en mayo. La menor compra respondió a la necesidad de algunas empresas de dólares para la cancelación de deuda y a un mayor incentivo de los importadores para adelantar compras de nueva mercadería. De esta forma el BCRA finalizó el mes con reservas netas por USD 6.700 millones.
El ruido externo y la mayor incertidumbre local impulsaron a los inversores a resguardarse en la divisa estadounidense, incrementándose la demanda de dólares en el mercado informal. El tipo de cambio informal registró una suba de hasta 10% en Junio, alcanzando una cotización de ARS 173 por dólar. De este modo, la brecha del tipo de cambio informal con respecto al oficial trepó hasta el 82%, es decir un 16% por encima de inicios de mes.
Se espera que para los próximos meses, con una menor oferta estacional de divisas del agro, el incremento de la incertidumbre electoral y una mayor cantidad de pesos circulando debido a la monetización del déficit fiscal esperado a partir julio, se complique el equilibrio en el mercado de divisas. Para mantener la calma cambiaria es factible que el BCRA reduzca las compras en el MULC y deba utilizar reservas netas para sostener el tipo de cambio financiero y contener la brecha cambiaria con respecto al dólar oficial.

* El autor es Licenciado en Economía y analista en Inversiones. 

Autor: Matías Fontanetto

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