Nacionales

Medio siglo respetando un modo de hacer periodismo

Por Fernando Aguinaga (*)

BUENOS AIRES, 2 (Especial para NA). - Uno de los mitos urbanos que circuló en las redacciones de todas las épocas se sintetizaba en la siguiente frase: "Agenciero/a vale doble".
Ese fue siempre el valor que se les dio a las agencias noticiosas como escuelas de periodismo: "quien no haya pasado por la redacción de una agencia tendrá (obviamente) otros valores, en esto que conocemos por periodismo y el deseo oculto de haberlo vivido", me confesaron.
Valores tales como inmediatez, veracidad, poder de síntesis, olfato para destacar lo importante en la noticia al toque, no adjetivar, son algunas de las banderas que siempre se enarbolaron (enarbolamos) a la hora de decir quiénes somos.
Arrancar un despacho con un textual es un desafío que hay que sostener; hacerlo todos los días un abuso de confianza.
Aprendizajes adquiridos, que sirven y sirvieron, cualquiera sea el "rubro" en que se los aplique, política, economía, deportes, policiales, etc...
Un decálogo no escrito aún, no debería dejar de incluir los siguientes puntos: 1) "Los agencieros somos vanidosos por definición. 2) Los agencieros hacemos gala de nuestro anonimato. La paradoja es que algunos llegaron a ser famosos.
3) Lo más importante es el servicio y los Editores, por ende los lectores, los oyentes y televidentes. 4) Los agencieros no adjetivamos. Creemos que ese es nuestro aporte a la llamada objetividad periodística.
NA, la tan querida Noticias Argentinas, cumplió ayer 50 años de vida, 50 milagrosos años desde su fundación en tiempos difíciles de nuestra historia, de los cuales compartí solo 35 años.
Sólo dos meses separan mi ingreso con el comienzo de la Guerra de Malvinas en 1982, un hito que trastocó completamente el ámbito de aquella redacción recién inaugurada, en el primer piso de Chacabuco 314, Edificio de la Prensa Argentina.
El ruido ensordecedor de las maquinas de escribir y las teletipos; redactores estrellas que pugnaban por sus mejores cables, las primeras fotografías color, retransmitidas con nuevas tecnologías trastocaban los 50 y hasta 75 baudios de la planta transmisora de General Pacheco.
Las coberturas de Osvaldo Mario Gazzola, quien llegó a cruzar a las islas. Y Federico Vergara, en Cuba, durante el viaje del por entonces canciller Nicanor Costa Méndez, son piezas brillantes del periodismo de agencia. Dónde están esos cables... no se sabe.
Solo hay registro de ellos en los medios que los publicaron. Párrafos cortos, de no más de tres líneas recreaban la contundencia de las fotografías.
La clausura de NA por parte de los militares durante el conflicto del Atlántico Sur, fue para nosotros como un galardón: habíamos sido fieles a la verdad. Durante ese período en el que no transmitimos, los cables impresos los distribuían en sobres, por nuestros mensajeros, algunos de ellos en bicicleta.
Ambos, Gazzola y Vergara, junto a Raúl García, por entonces director de NA, fueron mis queridos maestros; Vergara, cuyo nombre lleva la redacción de la agencia, fue secretario de Redacción y "maestro" de varias generaciones que lo admiramos, y un mito que crece.
Como Horacio Tato, el creador de NA y DyN, amaban la agencia, al punto de sentirla propia. Aquel, a quien casi no conocí, se lo recuerda como "El Fundador".
NA acunó pluralidad de voces. Durante la dictadura militar, se jugó al límite y varías carpetas de los archivos perdidos daban cuenta de las violaciones a los Derechos Humanos cometidos por el régimen: hallazgo de cadáveres fusilados, procedimientos ilegales y frustrados atentados, quedaron como testimonio en los diarios de la época.

(*) Ex secretario de Redacción de Noticias Argentinas (NA).

Autor: REDACCION

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