Internacionales

Máxima seguridad con los chalecos amarillos

PARIS, 24 (AFP-NA). - Decenas de miles de "chalecos amarillos" manifestaron en Francia este sábado en medio de un fuerte dispositivo de seguridad que impidió, a pesar de algunos incidentes, las escenas de caos y saqueos del pasado fin de semana en los Campos Elíseos de París.

Unos 40.500 manifestantes volvieron a las calles en todo el país, de cuales 5.000 en París, declaró el ministro de Interior, Christophe Castaner, que se congratuló porque "las consignas de firmeza" permitieron a su juicio "mantener el orden".

Desde las primeras horas de la mañana, decenas de vehículos de la policía, incluyendo camiones blindados y cañones de agua, se desplegaron a lo largo de la célebre avenida parisina, donde la semana pasada los manifestantes desvalijaron varias tiendas de lujo, quemaron kioscos de periódicos y destrozaron escaparates.

Para evitar nuevos desmanes, las autoridades prohibieron su acceso a los manifestantes. También prohibieron protestas en un perímetro adyacente dentro del cual está el palacio presidencial del Elíseo y la Asamblea Nacional.

Ante la veda, los "chalecos amarillos" no tuvieron más remedio que congregarse en otros puntos de la capital.

El pasado sábado fueron 32.000 "chalecos amarillos" en toda Francia, lo que significa que en esta ocasión la cifra de asistentes volvió a aumentar, a pesar del despliegue de seguridad. Los asistentes a la marcha en París habían sido en cambio más numerosos hace una semana, 10.000.

Al caer la noche, la policía empleó gases lacrimógenos para dispersar a la muchedumbre que intentó desplazarse hacia el centro de París. Unas 56 personas fueron detenidas por haberse congregado en el perímetro vedado y 45 fueron multadas. Las multas en caso de participar en una manifestación sin autorización pasaron esta semana de 38 (43 dólares) a 135 euros (152 dólares) para disuadir a los manifestantes.


MILITARES DESPLEGADOS 

Tras los desmanes de la semana pasada, que dieron la vuelta al mundo, Emmanuel Macron estaba determinado a demostrar que su gobierno controla el orden público y no escatimó en medidas.

Además de prohibir las manifestaciones en los perímetros más sensibles, anunció un despliegue de militares de la operación antiterrorista Sentinelle (que cuenta con 7.000 efectivos desplegados por todo el territorio desde los atentados de 2015) para proteger edificios públicos y permitir a la policía concentrarse en el mantenimiento del orden.

Aunque la aprobación de los "chalecos amarillos" entre la opinión pública está en fuerte descenso (-8 puntos desde el vandalismo del sábado), aún no se vislumbra ninguna salida a la crisis. El movimiento, que nació en noviembre ante el hartazgo social y fiscal, mutó en una contestación proteica, sin líderes claros, y no se calmó con el "gran debate nacional" lanzado por Emmanuel Macron para responder a los reclamos de los franceses.



Autor: REDACCION

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web