SAO PAULO, 16 (AFP/NA). - Cerca de un millón y medio de
brasileños protestaron este domingo pacíficamente en todo el país
contra la presidenta Dilma Rousseff, que enfrenta un complejo
cóctel de tensión social, política y económica derivada en parte
del gran escándalo de corrupción en Petrobras.
La mayor protesta tuvo lugar en Sao Paulo, que convocó a un
millón de personas, según la policía, vestidas en su mayoría con
la camiseta amarilla y verde de la selección brasileña.
Las manifestaciones congregaron a otro medio millón de personas
en unas 83 ciudades, en protestas que igualaron el tamaño de las
celebradas en junio de 2013, cuando los brasileños salieron
espontáneamente a las calles para pedir el fin de la corrupción y
más gastos en transporte, salud y educación, en vez de en la Copa
del Mundo.
Gran parte de los manifestantes reclamaron este domingo el
"impeachment" (destitución) de la presidenta, que comenzó su
segundo mandato hace menos de tres meses tras ser reelecta en
octubre por un margen de apenas 3%.
Y muchos pidieron incluso una intervención militar que ponga
fin a más de 12 años de gobierno del izquierdista Partido de los
Trabajadores (PT), una paradoja en este día en que se cumplen
justamente 30 años del retorno de la democracia a Brasil luego de
una larga dictadura militar que comenzó en 1964 y terminó en 1985.
"Hoy somos miles y miles de personas que pedimos el impeachment
(destitución) de Dilma Rousseff. El gobierno está en una situación
lamentable", dijo a la AFP Rubens Nunes (26), asesor jurídico del
Movimiento Brasil Libre, uno de los grupos que organizó la
protesta en las redes sociales.
Las protestas son también bastante mayores que las convocadas
el viernes en apoyo de Rousseff y Petrobras por sindicatos y
movimientos sociales afines al PT, que reunieron a 175.000
personas según organizadores y 33.000 según la policía.