PARIS, 27 (AFP-NA). - Decenas de miles de opositores a la
ley de matrimonio homosexual, recién promulgada en Francia,
salieron a las calles de nuevo el domingo en París, en una
manifestación rodeada de fuertes medidas de seguridad, dado que
las autoridades temían acciones violentas de grupos de ultraderecha.
Ironía del azar del calendario, mientras multitudes de
franceses realizaban esta manifestación contra el matrimonio gay
en la capital, en el sur del país el Festival de Cannes otorgó su
máximo galardón, la Palma de Oro, a una película que narra el amor
entre dos mujeres, "La vie dAdèle" ("El azul es un color cálido")
del director franco-tunecino Abdellatif Kechiche. Según la prefectura de policía, los manifestantes eran 150.000,
mientras que los organizadores reivindicaron un millón de
participantes.
La multitud de manifestantes enarbolaba banderas azules,
blancas y rosas, emblema del colectivo Manifestación para Todos
(por oposición al "matrimonio para todos), y banderas francesas.
En las pancartas podía leerse: "Ultimo día de la madre antes de la
liquidación" (este domingo es el día de la madre en Francia) o
"Esto no ha terminado, está empezando".
"No tenemos miedo", afirmó Thomas, que manifestaba con sus
cinco hijos pese a las advertencias de las autoridades.
La policía impidió a un grupo de unos cincuenta manifestantes
dirigirse hacia los Campos Elíseos, donde actos de vandalismo
tuvieron lugar en ocasión de otras manifestaciones."Estamos aquí
para la verdadera revolución", dijo uno de ellos.
Noventa y seis personas fueron detenidas durante la
manifestación y 39 de ellas quedaron en detención preventiva,
indicó el ministro del Interior Manuel Valls, agregando que la
policía se mantendría sumamente vigilante tras la dispersión.
Algunos de los detenidos "llevaban objetos que nada tenían que
hacer en una manifestación". Eran personas "que la policía seguía y
que ya habían cometido actos de violencia", agregó.
En total cuatro cortejos, tres del colectivo Manifestación para
Todos, que convergieron hacia el mismo lugar, y uno separado de la
organización integrista católica Civitas se organizaron en la
capital francesa, bajo la vigilancia de 4.500 policías y gendarmes
movilizados para evitar las acciones violentas.
Prometida por el presidente François Hollande durante su
campaña electoral y defendido por toda la izquierda francesa, la
ley que autoriza el matrimonio y la adopción para las parejas del
mismo sexo fue adoptada por el Parlamento el 23 de abril y
promulgada el 18 de mayo.
El texto suscitó una fuerte oposición en Francia, en particular
de la oposición de derecha y de los medios católicos.
Lanzado el año pasado con el objetivo de oponerse a la ley a
través de manifestaciones masivas pero pacíficas, el colectivo
Manifestación para Todos se ha visto desbordado por elementos
radicales, y en los últimos meses las diversas manifestaciones
dieron lugar a acciones violentas e incluso a agresiones a
homosexuales.
La propia portavoz del colectivo, Frigide Barjot, se declaró
amenazada y renunció a participar en la manifestación.
En los últimos días, las autoridades francesas multiplicaron
las advertencias sobre los riesgos de provocaciones.
Los dirigentes del movimiento Manifestación para Todos
consideraron "alarmistas" esas declaraciones, afirmando que
estaban destinadas a "intimidar" y "desmovilizar".
El tono subió también entre el gobierno y el principal partido
de la oposición de derecha, la Unión por un Movimiento Popular
(UMP), al que el primer ministro Jean-Marc Ayrault acusó de asumir
una "grave responsabilidad" por llamar a manifestar, "provocando
la crispación y la radicalización".
Los tres cortejos organizados por Manifestación para Todos
marcharon hasta unirse en la gran explanada de los Inválidos de la
capital, donde los manifestantes empezaron a dispersarse al final
de la tarde.