CARACAS, 23 (AFP-NA). - Vestidos de blanco, miles de
opositores venezolanos se movilizaron el sábado sin mayores
inconvenientes, salvo pequeños choques, hacia la Conferencia
Episcopal en una "marcha del silencio" por los 20 muertos que
dejan tres semanas de protestas contra el gobierno de Nicolás
Maduro.
En medio de un amplio despliegue de seguridad, varias marchas
confluyeron frente a la sede de la institución eclesiástica en
Caracas, considerada por el gobierno como un "actor político",
donde dirigentes opositores se reunieron con representantes del
clero.
La Conferencia Episcopal queda en el oeste de Caracas y los
manifestantes opositores por primera vez completaron su recorrido
que atravesó zonas consideradas bastiones chavistas, sin los
usuales enfrentamientos con la fuerzas de seguridad registrados en
estas semanas de protestas.
Después de que terminó la movilización se registraron algunos
choques en el este de Caracas, donde la policía usó bombas
lacrimógenas para impedir bloqueos de calle. Pero en general
transcurrió sin problemas.
"¡Venezuela quiere paz!", gritó un grupo de manifestantes
escoltados por policías motorizados, tras llegar a un acuerdo con
los uniformados. En otro punto, por un barrio popular y también
tras negociaciones, la militarizada Guardia Nacional replegó una
cerca que impedía el paso y apartó a los soldados para dejar libre
la vía.
Entre aplausos y entonando el himno nacional, los manifestantes
siguieron el camino.
"Vamos a seguir en la calle. Esta no es la hora de desistir, es
la hora de resistir (...). Si todos los venezolanos nos unimos no
habrá cúpula corrupta que pueda con la fuerza de cada uno de
nosotros", dijo el líder opositor Henrique Capriles en un
megáfono.
Las protestas opositoras, convocadas casi todos los días desde
el 1 de abril, se desataron después que el máximo tribunal se
adjudicó temporalmente las funciones del Legislativo.
La noche del viernes se registraron pequeñas protestas y brotes
de disturbios, en otra noche de incidentes violentos en Caracas,
después de la batalla campal registrada el jueves en el sector
popular de El Valle, con tiroteos, saqueos y enfrentamientos entre
manifestantes y fuerzas de seguridad.
El gobierno y la oposición se responsabilizaron mutuamente de
la violencia que deja, además de los 20 fallecidos, cientos de
detenidos y heridos, y varios negocios saqueados.