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Más inflación, cerca de la estanflación

En su último reporte, la consultora Economía & Regiones (E&R) advirtió que "el fantasma de estanflación sigue latente" sobre la economía argentina. "Desde el 2003, el Gobierno atravesó nueve años de crecimiento a tasas chinas (excluyendo el 2009 de la crisis internacional de Lehman), con una inflación acelerándose pero baja para los estándares históricos de nuestra economía. De pronto, en 2012, experimentó un parate absoluto del nivel de actividad: la economía creció levemente (menos del 2%) el año pasado, y aunque esperamos una recuperación marginal para el 2013, esta sólo alcanzaría a algunos sectores específicos y vendría de la mano de factores que no podemos controlar (el clima, el precio de la soja o Brasil). La inflación, por su parte sigue su rumbo ascendente del 25% en 2012 y 30% este año. Claramente, el fantasma de estanflación sigue latente", puntualizó la consultora.

"En 2013 el enfriamiento del nivel de actividad económica sé detendría y sólo se recuperaría marginalmente como resultado del favorable contexto internacional. Sin embargo, nuestro contexto estanflacionario le pondría un “techo” bajo a nuestra tasa de crecimiento. Lo cual queda en evidencia cuando observamos que en 2013 Argentina crecería entre 3.8 y 1.2 puntos porcentuales menos que otros países. De modo, que este contexto estanflacionario no nos deja aprovechar el envión del escenario internacional favorable", subraya.

En este sentido, las estadísticas privadas muestran que "la inflación se habría acelerado marcadamente durante los últimos meses de 2012 y el primero de 2013". Concretamente, el relevamiento de precios que se difunde en el Congreso "exhibe una inflación del 2.1% y del 2.6% en los últimos dos meses respectivamente y, para peor, la anualización del dato mensual de inflación correspondiente al mes de enero 2013 arroja una alarmante incremento de casi el 36% para todo el año".

Sin embargo, hay que tener en cuenta que los datos de aumentos de precios de los cuatro meses que van desde enero a marzo suelen ser siempre estacionalmente superiores al promedio del año. 

"La evidencia empírica muestra que tanto el último, como los primeros meses mes de cada año la inflación se incrementa por causas estacionales. En diciembre los precios suelen aumentar de la mano del gasto de las familias; mientras que en el primer trimestre se suelen llevar acabo los ajustes pendientes del año anterior; haciendo que la inflación anualizada de diciembre, enero, febrero y marzo, sea siempre (desde 2007 hasta el 2012 inclusive) mayor a la del año. No obstante, cabe resaltar que estos aumentos estacionales de diciembre y enero marcan el piso inflacionario para los doce meses restantes, y estarían poniendo de manifiesto una aceleración del nivel general de precios en 2013", apunta el informe.

Para E&R, al no haber cambios contundentes en lo que respecta a "la política macroeconómica; es decir, sin reducir el gasto público, la emisión monetaria y el cepo cambiario, deberíamos esperar una inflación superior a la del año pasado".

Además de los factores estacionales, la inflación sigue “fogoneada” por la emisión monetaria que "crece por encima del PBI nominal y que lejos de utilizarse como herramienta antiinflacionaria, tiene como principal objetivo financiar al Tesoro y monetizar el déficit fiscal". Concretamente, el "stock de base monetaria se había incrementado un 39% en 2012 y más del 56% de esa emisión fue utilizada para financiar al Gobierno, esto sucede en un marco de estancamiento del nivel de actividad". Por ende, si "la economía (real) no responde o responde marginalmente, toda la emisión presionará cada vez más sobre el nivel de precios y los esfuerzos fiscales quedaran neutralizados".

Asimismo, "otro factor subyacente a la aceleración inflacionaria es el incremento de la brecha cambiaria: en enero, el dólar blue alcanzó los $7 y forjó una brecha del 55% con respecto a la cotización oficial. Esta expansión de la brecha cambiaria impide que el nivel de actividad despegue; dado que el aumento de la demanda de “dólares negros” impacta negativamente en el gasto doméstico. Pero además una brecha de más del 50%, puede influenciar en las expectativas de devaluación (del dólar oficial) y presionar sobre el nivel de precios internos, dado que los empresarios y trabajadores (que tengan capacidad de fijar de precios) podrían intentar remarcar sus precios y salarios para cubrirse de la pérdida de ingresos que les provoca la devaluación".

En este marco, según E&R, el Gobierno "no ha ignorado el agravamiento del problema inflacionario, por el contrario, se han tomado medidas que atacan el problema superficialmente. El reconocimiento tácito de que la inflación es un problema y el deseo de limitar las alzas salariales al 20%, impulsaron a la actual administración a llegar a un acuerdo con los grandes supermercados para congelar los precios por 60 días". Esta medida "busca mostrar una señal de que el Gobierno está haciendo algo para controlar precios, sobre todo luego de “pasar” un enero complicado, en el que el dólar paralelo saltó 16% y la inflación anualizada fue del 36%".

La actual administración "intenta con este gesto salir a calmar las aguas (como ya hizo en otras ocasiones), aunque la solución no sea de fondo y sin modificar la política macroeconómica (que trae aparejada una aceleración constante de la emisión monetaria para asistir al Tesoro en su política fiscal “siempre” expansiva).

En este contexto, "la situación social podría tensarse en una economía que casi no crece y una inflación que se acelera". Hasta ahora, el Gobierno "viene intentando compensar parte de esa tensión con más gasto público, con más empleos públicos y más subsidios pero esta elección de política, implica un aumento constante del gasto que complica las cuentas fiscales y presiona sobre la emisión y el aumento de precios". Encima 2013 es un año electoral...

Autor: Redacción

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