Editorial

Más importaciones

 

B/N: Los industriales esgrimen que es sólo cuestión de tiempo y de crédito hasta que la industria se ponga al día con la demanda. Pero hasta que la inversión realmente despegue, las importaciones seguirían creciendo a un ritmo mucho mayor que el de las exportaciones.

 

Los mensajes y amenazas del Gobierno, especialmente a través del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, no parecen estar haciendo efecto. No al menos en cuanto al accionar de los importadores.

Como consecuencia del boom del consumo y la falta de inversión, las importaciones empiezan a ganar terreno en una economía en la que el tipo de cambio real se aprecia y encarece los productos argentinos frente al mundo. Según datos del INDEC, en los primeros nueve meses del año, las importaciones crecieron a un ritmo del 46% anual, mientras que las exportaciones avanzaron al 24%. En otras palabras, de importar menos de US$ 3000 millones mensuales en igual período de 2009, hoy el país ya está comprando productos extranjeros por más de U$S 5300 millones mensuales.

Por efecto de la inflación local, la relación de competitividad con Brasil es de 2 a 1 (hace un año era de 2,5 a 1) a favor de la Argentina, mientras que con EE.UU. ya es de 1,18 a 1. Por ello, pese a que en la práctica importar no es una tarea fácil por los controles del Gobierno y la imposición de licencias no automáticas para una gran cantidad de productos, cuando se logra pasar la Aduana, lo extranjero hoy es muy competitivo frente a lo nacional.

En rigor, gran parte del incremento de las importaciones (el 83%) responde a un aumento del ingreso de bienes intermedios, suministros industriales y piezas y accesorios para bienes de capital, todos usos relacionados con la industria. En cambio, tienen escaso peso relativo los bienes de consumo -juguetes, calzado, electrónica, textiles o alimentos-, los más restringidos por Moreno, ya que si bien estos están creciendo al 28% con respecto a enero-septiembre de 2009, sólo tienen una participación del 8% en el crecimiento total de las importaciones.

Sin embargo, como el promedio de la industria argentina está trabajando por encima del 75% de su capacidad instalada, ante un consumo sostenido, no pocos sectores comienzan a echar mano a bienes extranjeros para hacer frente a una demanda angurrienta. Después de todo, es menos riesgoso que invertir en ampliar plantas o comprar bienes de capital, más aún considerando que se trata de un año preelectoral, con más dudas que certezas y varios temas clave que se mantienen irresueltos, como la provisión de energía.

De no ser por el impulso de la industria automotriz y metalmecánica, el crecimiento de la producción industrial local es moderado e incluso bajo. De acuerdo con el Indice de Producción Industrial que elabora el estudio de Orlando Ferreres & Asociados, la actividad industrial creció en octubre 9,4% anual, pero sólo la dinámica automotriz explica el 69% del crecimiento acumulado en el año. En 2010, la producción local de autos se ubicaría en torno a las 700.000 unidades, un récord histórico, gracias a la fuerte demanda local y de Brasil, destino principal de las exportaciones de autos argentinos. Aunque, al cierre del año, la Argentina también habrá importado más autos del país vecino de los que le habrá exportado.

De todos modos el problema es que, a medida que se instala un panorama de inflación de dos dígitos -y para el año que viene los economistas ya prevén un aumento de precios de 30%-, se adueña de los empresarios una preocupación por los márgenes de rentabilidad, y la Argentina pierde potencial inversor.

Entre los industriales esgrimen que es sólo una cuestión de tiempo y de crédito hasta que la industria se ponga al día con la demanda. Pero hasta que la inversión realmente despegue, las importaciones seguirían creciendo a un ritmo mucho más acelerado que el de las exportaciones. Más aún considerando que el año viene, con las elecciones en puerta, será difícil que el Gobierno quiera imponer un freno en el consumo.

De ser así, el superávit comercial de la Argentina seguiría por ende achicándose. Ya el saldo entre las exportaciones e importaciones es, a septiembre de este año, 21% inferior al registrado en igual período de 2009 y 3,5% superior al de 2008. Y, para todo 2010, se estima un balance positivo de U$S 12.884 millones, 24,1% más bajo que en 2009 y sólo 2,3% superior al de 2008. Como se puede apreciar, un mayor volumen de importaciones no sólo será una mala noticia para el Gobierno. También lo será para el país.

 

 


Autor: firma 1

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