Editorial

Más gasto público

El Gobierno parece estar acomodando los números con vistas a las elecciones del año próximo. De qué otro modo se podría entender que el gasto público haya crecido desmesuradamente en noviembre, habiendo sido el mes con mayor incremento de este 2010.
Pasando en limpio, el gasto público de noviembre fue de 31.674,6 millones de pesos, un 49% por encima del mismo mes del año pasado. En los primeros nueve meses del año, la cifra total ascendió a $ 73.113,7 millones, un 34,4% más que en el mismo período del 2009. Los datos dejan en evidencia la aceleración que se dio en los últimos meses.
De todos modos el 2011 no asoma como fácil para la Casa Rosada, pensando estrictamente en términos de ingresos. No pocos analistas entienden que a Cristina Kirchner le será muy difícil lograr que aumente los recursos respecto al presente ejercicio. Incluso algunos dudan de que pueda siquiera igualar el nivel recaudatorio.
Claro que el deterioro de las cuentas no es algo que se vaya a producir en un futuro inmediato, sino que ya es una realidad. Si no fuera por las utilidades del Banco Central y los fondos de garantía del sistema jubilatorio que maneja la ANSES, los números serían bastante más discretos.
Ambas fuentes reportaron ingresos, entre enero y noviembre, por 24.000 millones de pesos, cifra bastante cercana al superávit primario del período -$ 27.284,9 millones-. Su impacto es tal que si no existieran el resultado financiero –saldo luego del pago de intereses de deuda- no habría sido positivo -7.936,7 millones de pesos-.
Retomando el tema del aumento del gasto público en noviembre, llama la atención el rubro remuneraciones, que aportó 5.823,2 millones, con un aumento del 97% respecto al mismo mes de 2009, y de 47% con relación a octubre de este año.
Lo llamativo del caso es que el Ministerio de Economía no aclaró en su informe por qué se produjo semejante aumento. Para algunos economistas, esa suba no sería posible si no fuera por alguna cuestión técnica de contabilización.
Según le dijo a La Nación Nadin Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), el comportamiento que tuvo el monto de salarios públicos "podría deberse a un factor coyuntural", por cambios en la forma de registrar los pagos.
La economista Marina Dal Poggeto, del Estudio Bein, explicó que la suba extraordinaria del monto de salarios responde a un cambio de metodología, referida al momento en que se contabiliza el gasto. Según dijo, en noviembre se consideraron los que corresponden a ese mismo mes y también sueldos que son de diciembre. Según Dal Poggeto, aislando el efecto de esa superposición, el alza del gasto pasaría del 49 al 41 por ciento.
Desde el estudio Orlando Ferreres recordaron que en noviembre se hicieron los pagos a los censistas, como hecho extraordinario.
Por otra parte, un informe de los economistas del Iaraf agregó que si en noviembre hubiera continuado el mismo ritmo de crecimiento del gasto salarial observado en los meses previos -de alrededor del 35% interanual-, el aumento de la totalidad del gasto primario habría sido del 40%, en lugar del 49%, "una tasa de variación elevada, aunque inferior a la de los ingresos".
El alza de los ingresos, en efecto, fue del 45,4% el mes pasado, con un total de $ 34.979,4 millones. La cifra incluye las ganancias del Banco Central y del fondo de la ANSES, por un total de 6408,9 millones (el 18% del total) que evitaron el déficit de las cuentas públicas, que cerraron con un superávit primario de 3307,3 millones de pesos.
A la hora de los pronósticos, los economistas estiman que el 2010 cerrará con un alza del nivel de erogaciones fiscales del 35%, al tiempo que la recaudación de impuestos y contribuciones subiría el 36 por ciento. Y en cuanto a 2011, asumen que podría repetirse el mismo fenómeno, con la “pequeña” diferencia de que el Gobierno podría no contar con tantos recursos extraordinarios como en el presente período. Por ejemplo, las ganancias del Banco Central se reducirían a la mitad respecto a 2010, cuando se sintieron positivamente los efectos de la recuperación de los mercados financieros de 2009.
Cristina Kirchner comenzó a usar la billetera pensando en la dura lucha electoral que se le avecina. Pero puede ser que para cuando más los necesite, ya no haya recursos disponibles. La cuestión no es menor. Están en juego las finanzas públicas, y con ellas el futuro del país.

Autor: firma 1

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web