Hábitat

Marrakech ciudad roja

Los mercados de Marrakech son la mejor característica de la ciudad

 

Mientras Julia realizaba su posgrado en arquitectura sustentable en la ciudad de Barcelona, tuvo la oportunidad de conocer, junto a su novio, esta maravillosa ciudad marroquí, sus costumbres, arquitectura, historia y tradiciones.

Si hay algo que caracteriza a esta ciudad es su composición dividida, entre la ciudad antigua (La Medina) y la ciudad moderna, una división que representa perfectamente el avance de las conquistas por el mundo entero, lo que le da una carga histórica de suma importancia.

Fundada por los almorávides en 1070, Marrakech fue la capital y el centro económico, político y cultural de Marruecos. En 1147 los almohades bereberes conquistaron la ciudad, destruyeron gran parte de las edificaciones e hicieron sus nuevas construcciones en La Medina. Por el 1200 comenzó una decadencia de los almohades y fueron los benimerines, luego los wattasi y los jerifes, estos últimos descendientes de Mahoma por línea de su hija Fátima casada con Ali, quienes se apoderaron de la ciudad.

Posteriormente fueron los europeos quienes también marcaron su huella en estas tierras: portugueses, españoles y franceses marcaron su impronta. Marrakech dejó de ser su capital y dio paso a Rabat, pero esta sigue siendo una de las ciudades más importantes y visitadas, por su riqueza histórica y turística. 

 

IMG-20180105-WA0001
Pueblo Ait Ben Haddou patrimonio de la UNESCO, ubicado a 190 km de Marrakech

En la actualidad está dividida entre el centro con la gran Medina o ciudad vieja, rodeada de espectaculares bastiones de tierra roja y, fuera de las murallas, la villenouvelle o ciudad nueva, construida por los franceses en los años del dominio colonial y en continua expansión. La ciudad vieja y la nueva están tan diferenciadas que hasta aspectos como su administración se manejan por separado. Sin embargo hay una regla para toda la ciudad: el color. El exterior de los edificios tiene que ser rojo-ocre, el color natural de la tierra local, usada tradicionalmente como material de construcción, y es por eso que también se la conoce como "ciudad roja”.

Para Julia el encanto de la arquitectura en esta ciudad reside en sus patios y jardines, lugares pensados como amplios espacios con vegetación y fuentes de agua, elementos que ofrecen un poco de respiro ante el sofocante clima africano que domina los días.  En Marruecos, la arquitectura es una mezcla del África negra y de estilos musulmanes de diseño. Esto no sólo se ve en los edificios en sí, sino también en los espléndidos jardines, decoraciones de forma extravagante, con una gran maestría en los contrastes y los colores profundos.

Habitar el desierto

Las características morfológicas de cada construcción tomaron otra dimensión para Julia en este viaje teniendo en cuenta su simultáneo  posgrado en arquitectura sustentable que cursaba en Barcelona por esos días.

En este sentido, los sistemas de adaptación climática; las paredes anchas, muros de adobe, las aberturas pequeñas, el uso de materiales locales como la tierra y arena y las palmeras como protagonistas de la vegetación urbana, fueron los elementos perfectos para comenzar cualquier tesis sobre arquitectura en el desierto.

 

IMG-20180110-WA0008
La arq. Julia Juárez junto a su novio Lucio, quien también se desempeña como arquitecto.

Autor: CAPSF

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web