Editorial

Malvinas, guerra sin sentido

La Argentina, el Reino Unido y la Cruz Roja Internacional iniciaron una tarea humanitaria conjunta para avanzar en la identificación de los cuerpos de soldados argentinos caídos durante la Guerra de Malvinas en 1982 que se encuentran enterrados en el Cementerio de Darwin. Luego de permanecer 36 años en ese cementerio con placas que decían "Soldado sólo conocido por Dios", especialistas internacionales comenzaron este desafío y por cierto han avanzado hasta reconocer 99 restos de soldados que estaban sepultados en 121 tumbas, por lo que todavía hay trabajo pendiente por hacer. 

Desde la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación se destacó, en un comunicado, que continúa firme el compromiso "con esta misión humanitaria que nos ayuda a cerrar heridas y a brindar respuestas desde el Estado a las familias de nuestros héroes de Malvinas".

Si bien a las familias de los soldados que murieron en la gesta patriótica de Malvinas se le permite cerrar una historia abierta al tener certezas de dónde se encuentra el cuerpo del ser querido que dio todo lo que tenía por su país, nada más y nada menos que la vida, las informaciones sobre el avance de este proceso de identificación para tantos otros causa una "nueva indignación". No es porque se revele alguna instancia no conocida sino que ratifica la participación de jóvenes soldados de tan solo 18 años en la defensa de la soberanía, fusil en mano peleando contra un ejército profesional y maduro como lo era el británico en un ambiente inhóspito, con armamento viejo, sin alimento y sin el abrigo necesario para soportar un clima de frío extremo. Es decir, se renueva la bronca contra los jerarcas de la dictadura militar que fueron capaces de enviar a chicos de tan solo 18 años a una guerra donde estaban en franca inferioridad con el enemigo. 

Esta semana, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación confirmó la identificación de otros dos soldados argentinos caídos en la Guerra de Malvinas y enterrados en el cementerio de Darwin, lo que eleva a 99 el número total de reconocidos. Se trata de los soldados Jorge Alfredo Maciel y Mario Gustavo Rodríguez, quienes habían sido condecorados post mortem con la medalla "La Nación Argentina al Muerto en Combate" y declarados héroes nacionales.

Maciel, nacido en San Andrés de Giles, ingresó en la Infantería de Marina como conscripto y fue destinado a la defensa de Monte Longdon, donde perdió la vida durante el combate del 11 de junio de 1982: dos esculturas lo homenajean en su ciudad natal. Rodríguez, oriundo del partido de Almirante Brown, tenía 18 años cuando encontró la muerte en Malvinas defendiendo la posición argentina ante el avance inglés: en su honor, una plazoleta lleva su nombre en la localidad de Adrogué.

En julio, se había confirmado la identificación de los cuerpos de los soldados Luis Guillermo Sevilla, oriundo de la provincia de Salta, y Héctor Walter Aguirre, que había nacido en Capital Federal, pero vivía en la ciudad de La Banda, provincia de Santiago del Estero. Sevilla y Aguirre custodiaban el aeropuerto de la Base Aérea Militar "Cóndor", en la isla Soledad, cuando cayeron durante un combate librado el 28 de mayo de 1982: al momento de su fallecimiento, Luis tenía 18 años y Héctor, 19.

Nuevamente, refrescar la memoria y volver a ver que soldados de 18 y 19 años dieron su vida por la Patria resulta enormemente doloroso mientras los dictadores buscaban darle una sobrevida a una dictadura que languidecía con una guerra sinsentido. Los mismos jerarcas militantes que habían torturado y asesinado sin piedad a miles de argentinos durante su sangriento régimen. 

En la 73° Asamblea General de Naciones Unidas que se reunió esta semana en Nueva York, el presidente Mauricio Macri ratificó "una vez más los legítimos e imprescriptibles derechos soberanos sobre las Islas Malvinas" a la vez que reafirmó "el compromiso de mi Gobierno con esta nueva fase de la relación con el Reino Unido, basado en la construcción de confianza mutua y en el diálogo amplio y positivo". Es lo menos que se debe hacer desde el Gobierno en honor a los héroes argentinos de Malvinas que pusieron fin a sus vidas cuando apenas dejaban la adolescencia y tenían el mundo por delante. 

Todavía restan identificar más de 20 cuerpos que se encuentran en tumbas NN sepultados en las islas. A los primeros 90 que fueron identificados se les colocó una placa con el nombre correspondiente. Ahora se podrá hacer lo mismo con otras 9 tumbas. Es un acto de justicia para las familias y para los propios soldados -que hoy tendrían un poco más de 50 años- que si bien aumenta el consuelo no quita el dolor pese al paso de los años. 












 

Autor: REDACCION

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