Editorial

Malvinas, 37 años después

A mediados de mayo de 1986, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de la Argentina hizo público el fallo del juicio que comenzó en diciembre de 1982 contra los miembros de la Junta Militar que decidió y condujo la guerra de las Malvinas. Así, el tribunal militar condenó a 12 años de prisión al entonces comandante en jefe del Ejército de Tierra y presidente de la nación, general Leopoldo Galtieri, a 14 años al ex jefe de la Armada almirante Jorge Anaya, y a 8 años al que fuera comandante de la Fuerza Aérea, brigadier Arturo Lami Dozo. Considerados responsables directos de la invasión a las islas que costó a la Argentina más de 1.000 muertos entre caídos en combate y ex combatientes que se suicidaron en años posteriores, los jefes militares fueron expulsados de las fuerzas armadas. 

En tanto, los otros 13 acusados, entre los que se encontraban el ex gobernador militar de las islas general, Mario Menéndez y el teniente de navío Alfredo Astiz, quien se entregó sin combatir en las islas Georgias del Sur, fueron absueltos o sancionados con penas disciplinarias menores, pero con prisión o pérdida del grado o de la condición militar.

Galtieri, Anaya y Lami Dozo fueron condenados como responsables de la conducción estratégico-militar de la guerra entre Argentina y el Reino Unido, que se prolongó durante 74 días, entre abril y junio de 1982. Si bien el fiscal había solicitado 12 años de prisión para Galtieri y Anaya, el tribunal militar elevó en dos años la pena al comandante en jefe de la Armada, tras estimar que su inflexible actitud evitó que prosperaran las gestiones de paz y de evaluar las acciones de la Marina durante un conflicto considerado "eminentemente marítimo". 

Después, a partir de las reformas que el Gobierno del presidente Raúl Alfonsín realizó en el Código de Justicia Militar, la llamada causa Malvinas pasó ahora a la Cámara Federal, que en 1988 condenó a 12 años de prisión a Galtieri, Anaya y Lami Dozo. De esta forma, el tribunal civil confirmó la pena que le había aplicado el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas a Galtieri, pero igualó en la responsabilidad y en el castigo a sus pares de la Armada y de la Aviación. 

El tribunal basó su fallo en la responsabilidad conjunta que le cabía a los tres miembros de la Junta, que integraban además el Comité Militar. En tal sentido, los encontró culpables de no prever la reacción del Gobierno británico después de la invasión de las islas el 2 de abril de 1982 y los consideró responsables por mantener en combate a las tropas después de disminuir "por negligencia" su capacidad. 

Si bien la condena de la justicia existió, no fue del todo dura como esperaba gran parte de la población, que deseaba cárcel de por vida a unos tipos que decidieron enviar a jóvenes, inexpertos, mal preparados y equipados soldados a combatir a un terreno hostil en materia climática, contra un ejército profesional acostumbrado por siglos a la guerra. Los chicos argentinos con uniforme militar fueron mantenidos en precarias condiciones durante los meses en que se produjo la guerra. La falta de comida, de abrigo básico, de armamento, de comunicación, de directivas claras y coordenadas precisas, fueron moneda corriente para una misión que terminó en tragedia nacional, más allá de que el fervor patriótico que despertó la gesta del 2 de abril y que se evaporó a medida que comenzaron los combates y se llevaba la sangre y la vida de los jóvenes argentinos, que hasta poco antes de la guerra cursaban materias en la escuela secundaria. 

El adverso escenario político, social y económico que había en la Argentina con crecientes protestas sociales por una crisis profunda funcionó como principal motivación para que la dictadura cívico-militar decidiera, de forma apresurada y sin mayores estrategias militares, se embarque en un acto patriótico y heroico que mejorara su imagen como gobierno. El 2 de abril de 1982, tropas argentinas desembarcaron en las islas Malvinas con el fin de recuperar la soberanía que en 1833 había sido arrebatada por fuerzas armadas de Gran Bretaña. El conflicto bélico resultó ineludible y si bien fue breve, arrojó resultados trágicos: 649 soldados argentinos murieron en combate, muchos de ellos marinos del Crucero General Belgrano, y más de 500 se suicidaron en los años posteriores por secuelas y traumas de posguerra.

En noviembre del 2000, a través de la Ley 25.370, el día 2 de abril fue declarado Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas en homenaje a todos los combatientes caídos y los veteranos sobrevivientes de la guerra de Malvinas y sus familiares. Por tanto, hoy es un día para reflexionar y honrar a aquellos jóvenes héroes que dieron su vida por la Patria pero también para realzar el valor de la democracia, porque aquella guerra es otra de las culpas, como la represión y la desaparición de miles de argentinos, que carga la dictadura militar que se inició en el 76. 


 

Autor: REDACCION

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