Editorial

Lucha del Famatina

Lo que está sucediendo en el cerro Famatina de la provincia de La Rioja, forma parte del proyecto que cuenta con impulso nacional y viene ocurriendo ya en otras provincias, caso más preciso la de San Juan, donde el avance de la minería a cielo abierto es realmente importante, como igualmente en las provincias de Neuquén y Catamarca.

En realidad, y para conocer el tema un poco mejor, digamos que este sistema que se ha comenzado a implementar en el país desde hace unos años, se denomina megaminería contaminante pues se utilizan sustancias tóxicas como el cianuro, el cual es lanzado a cielo abierto, además de ser el agua un recurso sustancial para el lavado de las piedras que permitan dejar a la vista los minerales, restándola en consecuencia para el uso humano, en cantidades realmente extraordinarias. 

Este tipo de minería, constituye además de una fuerte contaminación del medio ambiente, un verdadero saqueo del territorio, ya que las montañas en lugar de ser oradadas con túneles como ocurría antes -y sigue haciéndoselo de esa manera en muchos lugares donde está prohibida la megaminería-, son directamente barridas con explosivos de enorme potencia, derrumbando las mismas y lavando los materiales con enormes cantidades de agua. Prácticamente, el cerro va desapareciendo de a poco, pues todo el material desprendido de las explosiones es transportado luego del lavado, es decir, se quedan con el mineral buscado -el más valioso es el oro- y el resto de otros minerales de menor valor quedan desperdiciados.

En tierra riojana, más precisamente en Famatina y Chilecito, está dándose hoy una situación muy especial, con la resistencia de parte de la mayoría de la población -con la notable adhesión que les llega de grupos de otras partes de la Argentina-, tratando de impedir que se lleve adelante ese proyecto de megaminería en el cerro Famatina, el cual tendría así destino de desaparición con una enorme contaminación del medio ambiente, y además por si ello no fuese demasiado daño, el uso del agua que viene del cerro y que es hoy el abastecimiento de las poblaciones ubicadas en los valles. Lo cual significaría además, la desaparición de las fuentes de vida de la gente del valle de Antinaco y Los Colorados.

Aún frente a la reacción popular, que en este caso hace recordar lo ocurrido en Gualeguaychú cuando la instalación de la pastera celulósica en la costa uruguaya de Fray Bentos -incluso con circunstancias políticas parecidas-, el gobierno riojano de Beder Herrera hizo saber que por más oposición que haya, el proyecto se llevará adelante, incluso en una demostración del escaso federalismo, dejando entrever que se trata de una iniciativa a nivel nacional que se llevará a cabo en todo el país. Este mismo gobernador, media docena de años atrás y siendo vicegobernador, había asumido una clara postura en defensa del medio ambiente y en contra de la megaminería, incluso llegando a hacer sancionar una ley prohibiendo esa actividad en el territorio de La Rioja. Eran tiempos en que Beder Herrera estaba enfrentado con el entonces gobernador Angel Mazza, quien fue finalmente destituido, llegando el vice a la gobernador, siendo una de sus primeras medidas la derogación de la ley contra la megaminería, comenzando a promocionar esta actividad, que hoy tiene este desenlace de enfrentamiento con un importante sector del pueblo riojano.

Esto que sucede en torno al Famatina, es una clarísima demostración del manejo tránsfuga de los gobernantes, que van acomodando sus dichos y posiciones de acuerdo con sus propios intereses personales. Es que, dadas las circunstancias, no existe otra forma de interpretar esta clase de cambios tan drásticos.

La lucha en el Famatina no es nueva sin embargo, pues ya en 2007 hubo asambleas populares de este tipo, como así también persecuciones, cuando por ese entonces trató de instalarse allí la empresa canadiense Barrick Gold -la misma que viene haciendo estragos en San Juan-, dándose una gesta popular similar a la de estos días, ahora con la empresa Osisko en la mira, también de origen canadiense.

Lo extraño es que estas empresas canadienses tienen prohibido trabajar en megaminería a cielo abierto en su propio país, por lo cual se trasladan a otros, como en este caso la Argentina, ya que el sistema le posibilita obtener enormes ganancias en períodos breves. En cuanto a los dichos, que traen trabajo y bienestar, con sólo mirar lo que ocurre en otros lados por ejemplo, como La Alumbrera de Catamarca, se tiene la verdad: allí para la población no mejoró nada, la pobreza sigue igual. Es probable el cambio que haya mejorado sensiblemente el patrimonio de algunos gobernantes.

Autor: Redacción

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