Editorial

Lucha contra la droga


La Comisión Global sobre Políticas para las Drogas, que es encabezada por el ex presidente brasileño Fernando Cardoso e integran otros ex mandatarios, intelectuales, expertos en salud y empresarios, rechazó en forma contundente la metodología que han venido desarrollando en tal sentido los Estados Unidos y las Naciones Unidas en Latinoamérica, entendiendo que constituyó un fracaso, y que por lo tanto se deben imponer nuevas formas y estrategias.
De acuerdo con la propuesta, la misma debe sostenerse en un abordaje sanitario que se enfoque abiertamente en la prevención y la educación, remarcándose la necesidad de la discriminalización del uso de todas las drogas, ya que el narcodependiente debe ser considerado como un enfermo al que hay que ofrecerle la posibilidad de acceso a un sistema sanitario, ya que se menciona que ninguna política antidrogas podrá funcionar correctamente si no va acompañada de información y educación, que es la mejor vía para que la gente pueda usar su libertad y estar lo suficientemente interiorizada sobre los daños que provoca el consumo de droga.
De acuerdo con conclusiones a las cuales se arribó durante el debate de esta Comisión, que tuvo lugar en la ciudad suiza de Ginebra, la concentración del esfuerzo debe ser contra los carteles de la droga y no contra los
consumidores, ya que estos no son criminales, sino enfermos.
La entidad sostuvo que las evidencias empíricas y las pruebas científicas aconsejan dar mayor preponderancia a la prevención y a la reducción de la adicción a las drogas, tareas que no reciben la misma atención que la erradicación, la prohibición y el encarcelamiento.
Uno de los puntos centrales, es que en la lucha contra las drogas no se está tratando de una cuestión de falta de financiamiento, sino de un mejor uso de los recursos, apuntándose directamente a la altísima inversión que en tal sentido realiza los Estados Unidos, aunque con resultados tan magros. Por eso es que se pretende que tales recursos se destinen a salud, tratamiento médico, educación y campañas de publicidad, con lo cual se estima que resultaría mucho más efectivo y por lo tanto provechoso.
La lucha contra las drogas debe partir del respeto a los derechos humanos, como condición esencial para desarrollarla, tomando la cuestión con una absoluta responsabilidad, tanto de aquellas regiones que producen las drogas como de las que las consumen.
En los últimos 40 años Estados Unidos mantuvo un mismo rumbo en la lucha contra las drogas, con total prohibición del consumo y persiguiendo y encarcelando a todos, tanto quienes consumen como a los traficantes, pero a luces vista el resultado ha sido un fracaso.
La propuesta para descriminalizar todo lo relacionado con el consumo de drogas, que es lo surgido de la Comisión, cuenta también con rechazos no sólo en Latinoamérica sino en el mundo, ya que en determinados países donde el consumo se encuentra liberado, la situación tampoco ha mejorado en la medida de lo esperado, ya que los consumidores crecieron en número, conjuntamente con la violencia.
El negocio criminal de la droga fue teniendo una evolución enorme, estando considerado hoy como el que más moviliza dinero en el mundo, aunque con daños similares a la humanidad tanto por los efectos y consecuencias nocivas del consumo por la gran violencia que genera. Estados Unidos, México, Brasil y Colombia son los países más afectados, aunque la droga hoy se expandió a toda Latinoamérica.
Lo que viene ocurriendo en México es todo un ejemplo del mal que puede causar la droga, ya que en ese país -debido a la vecindad con Estados Unidos donde están los más grandes centros de consumo- el poder de los carteles es hoy comparable al de las fuerzas regulares, con un dato que es muy claro en cuanto a la magnitud de este fenómeno: desde 2006 en que el Gobierno federal lanzó una ofensiva contra los narcotraficantes y sus organizaciones, se llevan contabilizados 34.600 asesinatos.
Colombia, país productor de droga por naturaleza, vive inmerso en una guerra sin cuartel, mientras que Brasil tiene también enquistada la droga en sus famosas favelas, donde sólo pueden ingresar fuerzas del Ejército, muchas veces con equipamientos menos sofisticados que el de los narcotraficantes.
La droga y sus males requiere de soluciones audaces y gobiernos con la decisión suficiente para hacerle frente.

Autor: Redacción

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