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Los últimos años de Da Vinci en Francia

Por Jean-Louis De la Vaissiere


PARIS, 29 (AFP-NA). - Leonardo da Vinci pasó los últimos tres años de su vida en Amboise, en el centro de Francia, por invitación de Francisco I. Aunque fueron años muy activos, no fueron fundamentales para la obra del genio del Renacimiento, cuyas obras más emblemáticas vieron la luz en Italia.

"Debemos ser modestos, lo esencial fue hecho en Italia", advierte de entrada a la AFP Catherine Simon Marion, delegada general del Castillo Clos-Lucé, donde Da Vinci murió el 2 de mayo 1519. Muchos italianos siguen sin entender que varias de sus obras maestras estén en el museo del Louvre.

En el otoño del año 1516, Leonardo da Vinci aceptó la invitación del vencedor de la batalla de Marignan, a quien conoció en diciembre 1515 en Bolonia. Tenía 64 años. Cruzó los Alpes acompañado de Francesco Melzi, su discípulo más fiel, llevando en sus bolsos de cuero a la Mona Lisa, a San Juan Bautista y a Santa Ana, así como numerosos cuadernos, manuscritos y notas.

Francisco I y su madre, Luisa de Saboya, lo acogieron con los brazos abiertos. "El primer pintor, ingeniero y arquitecto del rey" recibía una pensión real y fue invitado a instalarse en el castillo Cloux, ahora Clos-Lucé, a 400 metros del castillo Amboise, la residencia favorita del rey.

¿Un exilio dorado mientras que en Roma Miguel Angel y Rafael son "la nueva generación ascendente"? No, más bien una partida en respuesta a la invitación de Francisco I, según la historiadora de arte Hayley Edwards Dujardin, autora del libro "Leonardo da Vinci" (Hachette).

En sus tres años en Amboise, "Leonardo organizó fiestas para el rey, realizó obras de ingeniería civil, siguió dibujando animales y naturaleza, dio un toque final a su Santa Ana", explica Catherine Simon Marion.

"Permanecerá animado hasta el final por su inmensa curiosidad.

Era un hombre sano y vegetariano que montaba a caballo".

"La madre de Francisco entendió que Leonardo sería el hombre que haría brillar a su hijo. En cuanto al joven rey, estaba fascinado por sus conocimientos en anatomía, botánica y espiritualidad. Lo veía a ver casi todos los días, le llamaba mi padre. Leonardo le aportaba una forma de aprendizaje del conocimiento", añade.

Sin embargo, Leonardo no murió en los brazos del monarca. "Es una leyenda", explica Simon Marion.


LEONARDO Y EL CASTILLO

DE CHAMBORD

Según Haylay Edwards Dujardin, en ese entonces "Leonardo ya no está en su fase de creación. No es lo que se esperaba de él. Ya no responde a pedidos. No produce nada para Francisco I. Ya no tiene nada que proponer y ya no quiere proponer nada. Está sumido en sus investigaciones. Vive un retiro tranquilo con un rey que lo hospeda, lo alimenta, no pide nada más que intercambios intelectuales".

En cuanto a la construcción del castillo de Chambord, que comenzó unos meses después de su muerte, "todo indica que los planos podrían haber sido inspiración de Leonardo", estima prudente su delegada general.

"Trabajó junto al rey en planos para la construcción de un castillo ideal (...) y conoció a Dominique de Cortone, arquitecto de Chambord", añade.

"Leonardo da Vinci había dibujado en planos escaleras de doble o cuádruple revolución. Por lo tanto, se puede suponer que sirvieron de inspiración para Chambord", cree ella. Pero para Hayley Edwards Dujardin, "no se ha demostrado nada" sobre este tema.

¿Y cómo las tres pinturas, incluyendo la Mona Lisa, aterrizaron en el museo del Louvre? Según Simon Marion, las habría obsequiado a su modelo (y probable amante) Salai (Gian Giacomo Caprotti) que las habría vendido a Francisco I antes de la muerte del pintor.

Para esta historiadora de arte "siguen habiendo muchos misterios alrededor de Leonardo da Vinci", cuya tumba yace en la capilla Saint-Hubert del castillo real Amboise.

Autor: REDACCION

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