Por José Pepe Marquínez
El Liceo es el teatro privado más antiguo de América Latina en pie. Existen dos más longevos que éste: el Teatro Solis de Montevideo y el Ouro Preto de Brasil, con la salvedad de que estos son públicos.
Se encuentra emplazado frente a Plaza Lorea, en la intersección de las calles Rivadavia y Paraná; constituía un solar amplio en donde se instalaban los circos de aquella época, siendo el que más tiempo permaneció allí el Buckingham. Hacia la fecha de su puesta en funcionamiento, el edificio del Congreso no existía. También en el fundo en lo que es hoy Plaza Lorea llegó a funcionar una calesita. El primer propietario del teatro fue un francés de apellido Tourneville, productor del género.
Se inauguró el 26 de julio de 1872 a las 21 horas y aún se encuentra en pie realizándose funciones y tiene una capacidad para 575 espectadores. Desde su fundación sufrió diversos cambios de nombre tales como “El Dorado”; “Goldoni”, en homenaje a Carlos Goldoni, empresario que tuvo como objetivo atraer al público de la colectividad italiana. Posteriormente pasó a llamarse “Progreso”; “Rivadavia”; “Moderno” y finalmente “Liceo” (1918). Hacia aquellos años sobre calle Paraná existía un palenque donde los espectadores ataban sus coches y caballos.
El teatro fue obra del arquitecto Juan Bautista Arnaldi, su estilo es italianizante y en el año 2006 fue remodelado por el arquitecto Ariel Aidelman, tarea encomendada por Carlos Rottemberg, productor teatral, quien se hizo cargo del mismo y así se pudo conservar la sala. En 1986 fue reconocido por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como testimonio vivo de la memoria de la ciudad.
Las escaleras y los baños son originales y en cuanto a las butacas son de pana roja, con la salvedad de que hace un tiempo se quitaron unas filas de adelante ya que se convirtió en una sala exclusiva de teatro musical. En su reemplazo se colocaron mesas y sillas.
Originariamente, se llevaban a cabo funciones reñidas con la moral y las buenas costumbres lo que constituía un escándalo, agravado, dada su cercanía con la iglesia de la Piedad de Bartolomé Mitre 1523 e inclusive llegaron a realizarse misas en protesta por esta circunstancia.
En 1894 se estrenó por primera vez en Buenos Aires, la zarzuela “La verbena de la Paloma” de Tomás Bretón y Ricardo de la Vega y en 1895 la compañía española de Enrique Gil estrenaba la zarzuela argentina Farras Carnavalescas; también actuó en 1914 el dúo Gardel Razzano. En 1926 debutó la compañía de Blanca Podestá con su obra La Danza del Fuego y en 1928 se puso en escena la obra La Camisa de Once Varas o El Honor de Don Ximeno quien contó como primer actor a Luis Arata. Además es menester destacar la actuación del actor Enrique Pinti quien a partir de 1985 estrenó su obra Salsa Criolla, llevando a cabo más de 3000 funciones.
El Liceo pudo eludir al fantasma de la demolición: en la década del 70 y en 1993 su dueño de aquel entonces Buddy Day pidió auxilio para rescatarlo; se pretendía instalar en ese lugar una casa de apuestas hípicas. La sala estuvo cerrada a partir del domingo 15 de marzo del 2020 con motivo de la pandemia y en virtud de ello fue necesario adaptar el sistema de ventilación. Ese día se estaba presentando la obra Cabaret, el clásico musical que interpretaron Florencia Peña y Mike Amigorena. Transcurrida la pandemia, se produce la reapertura del teatro poniendo en escena la obra Piaf de Elena Roger.