En Japón se hace de la paciencia un arte. Es el “gaman”, o el beneficio de la perseverancia en tiempos difíciles, lo que en buena parte les permite a los japoneses resistir. Y resurgir. O prevalecer. O imponerse. Entonces no resulta extraño entender la evolución de este país como una analogía de la fábula de la tortuga y la liebre. No serán los primeros en llegar, pero llegan y al hacerlo se proponen ser los mejores. Llevado a la industria automotriz, no hubo nipones entre los diez primeros fabricantes de autos del mundo, pero hoy tienen a la compañía que más vende en el planeta, Toyota, y al modelo más exitoso de la historia, el, Corolla. Tampoco fueron pioneros en construir autos extremadamente veloces, pero en estos días cuentan con su primer hypercar, que romper la barrera de los dos segundos para acelerar a 100 kilómetros.
La carrera por tener el auto más veloz del mundo, por supuesto, es cada vez más vertiginosa. Por eso, lo que hoy es récord, tal vez mañana ya esté en manos de otro. Pero en estos momentos apareció en la pelea este fabricante japonés cuya actividad principal es producir robots para medicina, y que metió las narices en el mundo automotor tercerizando la construcción de este fetiche: las 50 unidades previstas del Owl serán hechas por MAT (Manifattura Automobili Torino), una empresa muy real que sabe construir coches muy rápidos y exclusivos, tanto que se acredita el Apollo Intensa Emozione, una especie de Batimóvil de 760 caballos de potencia.
ELECTRICO
Sucede que el Apollo Intensa Emozione tiene motor de combustible; el Owl, en cambio, es el primer hypercar eléctrico que se desarrolló en Japón. Fue presentado como prototipo en el Salón de Frankfurt de 2017, después de tres años de iniciados los trabajos, y en los últimos días vio la luz en su versión definitiva que entrará a planta. Se trata de un auto radical no sólo por las prestaciones, sino también por su diseño, aerodinámica y dimensiones.
Aspark no ofreció todos los detalles del auto, pero lo que dejó conocer ya es extremo. O al menos promete serlo. Como que se propone ser el vehículo con la mayor aceleración del mercado, al declarar un tiempo de apenas 1,89 s para alcanzar los 100 kilómetros por hora y de 10,6 s para superar los 300 km/h. La marca acredita esos tiempos por pruebas realizadas en pista en 2018. Para entender la referencia, el, Bugatti Chiron, que alcanzó poco tiempo atrás el récord de 490 km/h de velocidad final, necesita 2,5 segundos para llegar a 100 km/h. Y el Owl podría hacerlo en menos de dos segundos.
400 KM/H
Llama la atención que su velocidad máxima sea de “apenas” 400 kilómetros por hora, aunque se sabe que la propulsión eléctrica marca mucha diferencia en aceleración aunque en velocidad final está dentro de parámetros similares o inferiores que los super motores nafteros turboalimentados. De esa forma se explica también que los cuatro impulsores que portará este japonés erogarán 2.012 caballos, otra barrera quebrada por pocos, la de los 2.000 CV. El torque es también impactante: 2.000 Nm.
Se trata además de un auto con el centro de gravedad muy bajo, ya que sólo mide 99 centímetros de alto contra los 4,79 metros de largo y el 1,93 de ancho. El chasis monocasco pesa apenas 120 kilos, dentro de un total de 1.900 kilos. Liviano no es, claro, porque tampoco sería de fiarse con semejante capacidad de aceleración ante el riesgo de vuelco. Se especula además que un alerón trasero se despliega automáticamente cuando el auto alcanza los 150 kilómetros por hora, para mejorar aún más la capacidad aerodinámica.
El Buho, tal su nombre en castellano, recurre a un equipo de frenos de alto rendimiento que se compone de discos cerámicos en ambos ejes, con pinzas de 10 pistones en el delantero y de 4 en el trasero. La suspensión es de doble horquilla en todas las ruedas y sus amortiguadores hidráulicos, con tres configuraciones diferentes, pueden elevar la carrocería hasta en 80 mm.
Toma del Mercedes Benz Alas de Gaviota la apertura superior de las puertas, y de Aston Martin las formas de sus luces traseras. Además, con un paquete de baterías de iones de litio con una capacidad de 64 kWh, estipula una autonomía de 450 kilómetros de recorrido, y un tiempo de apenas 80 minutos para la carga completa. De todos modos, la compañía trabaja en mejores baterías que le permitan recorridos más extensos con una sola carga. En tal sentido, Tesla acaba de lanzar su pick up Cybertruck para la que estipula una autonomía de punta de 805 kilómetros, la mayor ofrecida hasta el momento en el mercado eléctrico.
Las primeras de las 50 unidades previstas para su fabricación se entregarán a finales de 2020. Su precio será de 3,2 millones de dólares, una cifra acorde con las características y las prestaciones del auto.
Los japoneses de Aspark piensan en otro gran impacto para afianzar su campaña de marketing: intentar batir el récord de velocidad en el Infierno Verde de Nürburgring, el circuito alemán de casi 21 kilómetros, una plus marca que desde 2017 está en manos del NIO EP9, un monstruo eléctrico fabricado en China, que lo recorrió en 6:45.90. Los chinos son pacientes. Pero los japoneses también. Y si se lo proponen, seguramente bajarán el tiempo. (Fuente: Infobae Autos)