Según lo hizo público la Organización Meteorológica Mundial, un organismo especializado en cuestiones climáticas que tiene directa dependencia con las Naciones Unidas, en 2010 se batió el récord de concentración de gases que provocan el recalentamiento global a través del efecto invernadero.

Estos gases, cabe destacarlo para evitar alguna clase de confusión, son producto de acciones humanas, que van acumulándose en la atmósfera y provocan el deterioro de la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioletas del sol. En las últimas décadas el deterioro de la protección del ozono ha ido deteriorándose en forma sostenida, a pesar de las "cumbres" en las cuales fueron fijándose plazos para una paulatina eliminación de la emanación de esta clase de gases, originados esencialmente por las grandes industrias y también por algunos elementos que las mismas producen y que son de uso diario. Los países que mayor cantidad de gases lanzan son Estados Unidos, China e India, habiendo incumplido todas las resoluciones de organismos internacionales, aún habiendo participado en esos foros y comprometido a respetar las decisiones adoptadas.

Algunos nuevos estudios dan cuenta de lo grave de la situación, ya que se asegura que los efectos nocivos se mantendrán durante largo tiempo, aún ante el hipotético caso de una suspensión total y absoluta de la emanación de gases, pues llevaría todo un ciclo de años para volver a la atmósfera a un estado de pureza, y además, tampoco existen certezas respecto a la recomposición de la capa de ozono.

Los daños originados por el recalentamiento de la tierra, son muy visibles y además sufribles, pues se notan por ejemplo -el más grave de los casos- en el derretimiento de los dos casquetes polares, lo cual puede llegar a consecuencias por ahora desconocidas, aunque pueden notarse ahora en las inundaciones que se producen en zonas costeras, debido a la suba de nivel de las aguas. Lo cual, según dicen, es poco con lo que puede llegar a ser en el futuro. Pero además, la desaparición de esos dos extremos helados, provocará también un desequilibrio enorme en la naturaleza, alterando casi todas las condiciones climáticas y por ende, las formas y sistemas de vida conocidas hasta ahora.

Ahora tenemos la nueva cumbre del clima en Sudáfrica, donde seguramente habrá más de lo mismo. Promesas, grandes declaraciones y pactos de cumplimiento que nunca se harán efectivos. ¿Hasta cuándo? cabe preguntarse.

El mapa lunar

La NASA, el centro espacial de más alta especialización del mundo, logró confeccionar un mapa topográfico de la luna, de altísima definición, merced a los datos e imágenes enviados por una sonda lunar enviada con ese objetivo. De acuerdo fue informado, se dispone ahora del mapa completo de la luna, como así también de las características de su superficie.

Esta sonda lunar que viene trabajando desde 2009 en esta tarea de relevamiento del satélite, proporcionó datos tan precisos y en detalle, que además de todos los cráteres y características del suelo, incluye hasta los rastros dejados por los astronautas de las misiones Apolo. Fueron millones de imágenes que permitieron a los especialistas confeccionar un mapa de enorme justeza y precisión, cubriendo el 98,2 por ciento del total de la superficie lunar.

Este enorme avance en cuanto al conocimiento de la luna, otrora símbolo de ciertos y determinados aspectos espirituales y ahora casi a un paso para su definitiva conquista, ya que un asentamiento humano permitiría una exploración no sólo de su superficie sino especialmente de su interior, plantea no sólo un gran horizonte de posibilidades, además de incertidumbres por develar.

Con este mapa se podrá seguir avanzando en cuanto a la determinación de todas las pendientes en todos los terrenos geológicos, para alcanzar un muy alto grado de precisión, merced a lo cual se podrá tener una mucho mayor precisión  en la planificación de las futuras misiones humanas y robóticas.

Según se dejó trascender en la NASA, un mayor acabado conocimiento de la luna en todo sentido, tal como se viene cumpliendo, constituye una base de experiencia para futuros objetivos fijados por la agencia espacial estadounidense, como lo es poder llegar a Marte de aquí a dos décadas. Un plazo que fue debidamente estudiado, pero que requiere de ciertos pasos previos, como por ejemplo esta experimentación que se lleva adelante en la luna.