Editorial

Los formadores de precios

En la Argentina se suele acusar a esa figura abstracta denominada "formadores de precios" por su responsabilidad en los aumentos sucesivos que registran los bienes y servicios. De todos modos, nadie se hace cargo de la inflación sino más bien que el máximo responsable es el Gobierno nacional que no tiene la capacidad ni a través del Ministerio de Economía ni el Banco Central de recrear condiciones de estabilidad para contener el alza de precios. En los supermercados de Rafaela una gaseosa que costaba hace dos meses 43 pesos fue incluida en el programa Precios Esenciales con un nuevo valor de 33 pesos. ¿Y que pasó con los 10 pesos de diferencia? Si vender el producto a 33 aún garantiza rentabilidad, el interrogante es por qué se comercializaba con un precio muy superior. Quizás la explicación se esconda entre los misterios del capitalismo, las inconsistencias de la economía nacional o simplemente las ambiciones empresarias. 

En los últimos días la consultora de Damián Di Pace detectó una disminución de precios de hasta 5,8% en las góndolas y un freno en la escalada inflacionaria que obedece, simplemente, a una fuerte contracción de la demanda. Un informe elaborado por la consultora Focus Market a través del sistema Scanntech detectó una baja de precios en al menos seis productos de consumo masivo por la fuerte contracción de la demanda en mayo pasado.

Según el relevamiento, muchos de los productos son estacionales como yogur, cervezas o aguas saborizadas con gas. Sin embargo, café que es una infusión con fuerte estacionalidad de consumo en otoño e invierno cayó en promedio 1,2% al igual que el arroz, que bajó 3,8%. El Scanntech o lector de punto de venta permite analizar el movimiento de precios de 750 productos de diferentes marcas y presentaciones, agrupados en 75 skus. 

En tal sentido, los valores de mayo revelaron un freno en la escalada inflacionaria. Según explicó Di Pace, se observa una desaceleración del alza de precios en alimentos y bebidas. Más del 60% de los productos medidos tuvieron aumentos de hasta el 3%, recalcó el director de Focus al presentar el estudio.

En sus habituales informes sobre indicadores de precios, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) señaló en mayo pasado que el precio del trigo se multiplica más de siete veces desde que sale del campo hasta convertirse en el pan que adquieren los consumidores argentinos. En el caso de la leche, desde el tambo hasta las manos del consumidor ese precio se multiplica más de tres veces al igual que el de la carne.

Del precio que se paga en góndola por un sachet de leche, casi un 78,7% son costos, el 26% impuestos y 4,8% son pérdidas ya que, al sumar la cadena, se obtiene una rentabilidad negativa. El impuesto que más relevancia tiene en la cadena de la leche es el IVA con casi el 70% del total de los impuestos, principalmente porque se recauda poco por el tributo a las ganancias sostiene el estudio.

Al respecto, la leche es un producto al que el supermercado le aplica un margen menor, ya que se la considera un producto gancho o de atracción y ese resultado puntual se compensa entonces con márgenes de otros artículos, consideró David Miazzo, economista jefe de FADA. Sobre el precio de góndola de la leche, el tambo representa el 29,8% del valor final, la industria el 28,7%, el comercio el 15,4% y los impuestos el 26,1%, explica. En el caso del 

precio del pan, el 57,9% son costos, el 24,5% impuestos y el 17,6% ganancias. De esos impuestos, más del 80% son nacionales, 16% provinciales y 2,4% impuestos municipales.

Al dar más detalles sobre el asunto, Natalia Ariño, economista de FADA, reveló que por cada kilo de pan que compramos, se están pagando casi $22 de salarios, siendo el sector panadero el que más lo acumula, representando el 42% de los costos del comercio, ya que este último eslabón se caracteriza por un uso intensivo de personal. Al analizar la cadena, del importe final del pan, el productor de trigo representa el 11,4%, el molino el 3,3%, la panadería el 60,8% y los impuestos el 24,5%.

Y con respecto de la cadena cárnica, Ariño destacó que la carne presenta una particularidad, y es que el Estado es el primer formador de precios ya que casi un tercio del valor final que paga el consumidor está conformado por los impuestos. De esos tributos, el 77% son nacionales, el 19% son provinciales y un 8% es municipal; luego del Estado, le siguen el feedlot (27,5%), la etapa de la cría con el 21%, la carnicería 12,2% y el frigorífico con el 8,9%.

Tras esta radiografía sobre los precios de determinadas cadenas, se puede concluir que el componente impositivo es el que mayor peso tiene en el valor final. Es el Estado. 









 

Autor: REDACCION

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