Editorial

Los celulares y la pobreza

El todopoderoso aparato de telefonía celular que desde un tiempo a esta parte gobierna nuestra vida cotidiana, en ocasiones con cierto "autoritarismo", podría convertirse en una herramienta en la lucha contra la pobreza según consideró el Banco Mundial en un informe presentado la semana pasada en Washington. Cobrar el sueldo, pagar cuentas, enviar o transferir dinero: los celulares pueden potenciar la inclusión financiera, crucial para mejorar la vida de la gente y combatir la pobreza que, en el caso de la Argentina, afecta a uno de cada cuatro habitantes.

Resulta paradójico que el negocio de la tecnología haya colocado en el ránking de los más ricos del mundo a dueños de corporaciones disruptivas como Microsoft, Google, Amazon o Facebook ahora pueda representar una oportunidad para reducir la pobreza.

Según un informe del Banco Mundial, cofinanciado por la Fundación Bill y Melinda Gates y apoyado por la reina Máxima de Holanda, la tecnología digital permite hacer operaciones que actualmente se realizan en efectivo, y así incorporar a más personas al sistema financiero.

En este escenario, el último Global Findex, que desde 2011 compila entrevistas a 150.000 adultos en 144 países, por primera vez recabó información sobre el acceso a teléfonos móviles, revelando "un aumento significativo" de su uso para realizar operaciones financieras.

¿Quién no tiene un teléfono celular? Incluso en la Argentina teléfonos de última generación están en poder de sectores con ingresos bajos porque constituye un "objeto del deseo" a partir del marketing aspiracional que se aprovecha de que el ser humano siempre quiere ser o aparentar "más". Acceder al último modelo de celular es una meta compartida por todas las capas sociales.

Para el Banco Mundial, la proporción de titulares de cuentas bancarias que entre 2014 y 2017 enviaban o recibían pagos a través de medios digitales subió de 67% a 76% en todo el mundo, y de 57% a 70% en los países en desarrollo, indicó.

El reporte mostró además que dos tercios de los 1.700 millones de adultos no bancarizados poseen un celular y 480 millones tienen acceso a internet. "Los nuevos datos sobre la propiedad de teléfonos celulares y el acceso a internet muestran que existen oportunidades sin precedente de usar la tecnología para lograr la inclusión financiera universal", aseguró el presidente del BM, Jim Yong Kim.

Los servicios de dinero móvil -que permiten guardar y transferir fondos a través de un teléfono celular- pueden contribuir a mejorar el potencial de generación de ingresos de las personas y, así, a reducir la pobreza, indicó el informe.

La argentina convertida en reina de Holanda, Máxima Zorreguieta, quien se desempeña como asesora especial de la ONU para la inclusión financiera, celebró las "fuertes oportunidades para el progreso", e instó a los gobiernos y a las empresas a sumarse a los esfuerzos de inclusión digitalizando el pago de sueldos.

Según el BM, los Estados podrían reducir el número de adultos no bancarizados hasta en 100 millones a nivel global, de los cuales 95 millones están en economías en desarrollo. En el sector privado hay más aún para hacer: unos 230 millones de adultos sin cuentas bancarias cobran su salario en efectivo, 78% de los cuales tienen celular. En el ámbito rural, aproximadamente 235 millones de adultos no bancarizados reciben pagos en efectivo.

La reina también llamó a reducir la inequidad de género. "Globalmente, el 65% de las mujeres tienen una cuenta, comparado con el 72% de los hombres (una brecha de siete puntos porcentuales que permanece invariable desde 2011)", dijo.

Según estadísticas del BM, unos 1.200 millones de adultos se bancarizaron desde 2011 y 515 millones desde 2014, lo que eleva a 69% la proporción de titulares de cuentas en el mundo el año pasado.

Los pagos digitales son más seguros, porque los trabajadores no tienen que cargar dinero en efectivo, y se evitan "fugas" por corrupción, destacó, pero subrayó que es necesario un sistema de pagos bien desarrollado, una regulación adecuada y "salvaguardias enérgicas para el consumidor".

El Global Findex señaló que el 55% de los adultos tiene celular y acceso a internet en América Latina y el Caribe, 15 puntos porcentuales más que el promedio del mundo en desarrollo. En tanto, desde 2014 la proporción de adultos que realiza o recibe pagos digitales aumentó unos ocho puntos porcentuales o más en economías como las de Bolivia, Brasil, Colombia, Haití o Perú.

Además, en Argentina, Brasil y Costa Rica, alrededor del 20% de los adultos bancarizados usa el celular o internet para operar a través de una cuenta. Según el BM, 30 millones de adultos no bancarizados -de los cuales casi el 90% tiene celular- pueden volverse titulares de una cuenta en Latinoamérica si las empresas digitalizan el pago de sueldos.

Autor: REDACCION

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