Sociales

Los caminos de la vida

¡Oh quien pudiera predecirlos!. Indudablemente que ¡nadie!. Podemos intuir alguna aproximación, analizada a través de nuestro diario proceder, pero jamás podremos conocer con precisión en qué momento y en qué forma el destino nos efectivizará el cobro o el pago de nuestros errores o aciertos, que desarrollamos a través de pensamientos y acciones pasadas. Por supuesto que podemos aproximar una idea sobre el proceder de ciertas acciones o conductas . Un ladrón, un estafador, un ser depravado indudable que terminará su carrera terrenal de la misma forma que actuó frente a la sociedad. Y un ser con visos de honradez y hondo sentido humanitario, muy probable dejará este mundo en paz y sosiego. Pero el real fondo de la cuestión, nunca lo sabremos hasta el momento en que el hecho adquiera forma física.

Pero es indudable que esta forma de actuación de la inexorable justicia sobrehumana es cabal, juta, ecuánime y equilibrada. Usted se imagina si sorprendiéramos lo que nos va a ocurrir dentro de un rato. El mundo sería un caos total y enloqueceríamos antes de tiempo, buscando posibilidades y formas para cambiar, canjear o negociar aquello que no nos agrada o no querramos que ocurra, aunque sin duda, en algún lugar del invisible Universo el porvenir está viniéndonos en perpetuo transcurrir, hasta que toma forma diciéndonos ¡presente!. Y entonces, recién allí, conocemos los hechos que al final no representan otra cosa que nuestras pasadas vivencias o pensamientos emitidos por nosotros mismos en determinados momentos de nuestras anteriores  conductas, aunque a veces no nos acordemos, ¡o no querramos evocarlas!

Pero Memoria Sideral, ¡nunca olvida!. De modo que sería bueno recordar en forma permanente que aún sin conocer por anticipado los caminos de la veda, tratemos de ordenar correctamente nuestro pasar terrenal, pues una mente serena, una limpia conciencia, un proceder justo, ecuánime y armónico, nos permitirá una observación más clara del siempre enigmático porvenir. Además nuestro Planeta Tierra es una esfera, y pensamiento que lanzamos hacia adelante, al final nos golpeará en la nuca. Y los golpes en la cerviz ¡son muy dolorosos!

Autor: Antonio Fassi

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web