Cada dos años la cita del automóvil a la vuelta de las vacaciones de medio año es el Salón de Fráncfort (IAA). La muestra alemana se alterna con la de París y se caracteriza por la fuerte presencia de marcas nacionales, con los grupos Volkswagen, Daimler y BMW a la cabeza, acompañadas de Opel que, aunque también es originaria del país, este año llegaba por primera vez como representante del grupo francés PSA, al que ahora pertenece.
Una edición más ha habido importantes ausencias, entre las que destacan Fiat Chrysler Automobiles, las japonesas Nissan y Toyota o la exclusiva Ferrari, esta última tras decidir montar su propio evento en Maranello para mayor rendimiento.
No obstante, el poderío de los grandes consorcios alemanes da enjundia por sí mismo a la cita de Fráncfort. Volkswagen exhibió músculo en casa y presentó su primer modelo 100% eléctrico, el ID.3, un vehículo que inaugura una nueva era en la firma germana que pretende "democratizar" este tipo de propulsión al costar menos de 30.000 euros en la versión básica, sin contar con las ayudas públicas.
DOMINIO
ELECTRICO
Aunque los autos eléctricos más pequeños son más caros que sus homólogos de combustión, es un primer paso para ir acortando la brecha de precios. "Es importante que la movilidad eléctrica esté disponible para las personas de bajos ingresos y para las pymes", manifestó Herbert Diess, presidente del Grupo Volkswagen, al desvelar la gran novedad de la marca, que también aprovechó para reclamar ayudas públicas en el camino hacia una movilidad sostenible.
"Necesitamos incentivos inteligentes, lo que incluye un cambio en la tributación de los vehículos en función de sus emisiones de CO2 para potenciar la compra de eléctricos y extender esa aportación financiera a los eléctricos usados".
En un encuentro posterior con la prensa española, Jürgen Stackmann, director de ventas, marketing y posventa de Volkswagen, tras entonar el 'mea culpa' al reconocer que el 1% de las emisiones globales de CO2 emitidas por los seres humanos corresponden a Volkswagen a través de la utilización de sus coches y de lo que genera su industria, declaró que "somos la primera empresa que firma el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, al que hasta la fecha solo se han adherido los gobiernos". Eso significa llegar a las emisiones cero absolutas en 2050.
Pero el mundo del coche eléctrico ha dado para más en el Salón de Fráncfort. Daimler mostró su gran ofensiva eléctrica agrupada bajo la familia EQ. Presentó el Vision EQS Concept, que anticipa una gran berlina futura limpia. El maestro de ceremonias también se estrenaba. Fue Ola Kallenius, consejero delegado de Daimler y que sustituye a Dieter Zetsche y fue tajante: "La electromovilidad es clave para Mercedes-Benz".
Como también se estrenaba en el salón otro consejero delegado, Oliver Ziptse, sustituto de Harald Kruger al frente de BMW Group. Prevé que más del 50% de las matriculaciones de vehículos nuevos en el segmento premium de China corresponderá a modelos puramente eléctricos en 2030. Así que la marca germana venderá 2 millones de vehículos electrificados en 2021.
La otra alemana en discordia fue Opel, en cuyo stand había dos estrellas, el Opel Corsa-e que se hará en la planta de Figueruelas (Zaragoza) y Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, actual campeón de la Champions League.
Carlos Tavares, el presidente ejecutivo de Grupo PSA, dueña de Opel, fue claro al hablar de la situación de sus fábricas en Reino Unido ante el Brexit. "Allí tenemos una responsabilidad con nuestros trabajadores, pero si se da el peor de los escenarios, también debemos proteger el resto de la compañía".
OBJETIVOS DE CO2
En cuanto a los objetivos de CO2 de 95 gramos exigidos por la Unión Europea para 2021, Tavares dijo que "tenemos que alcanzar el mix de ventas correcto; si lo hacemos, lograremos los objetivos de 2021. Tenemos la tecnología, la capacidad laboral y la rentabilidad necesaria".
En este sentido fue claro en que "no venderemos coches a pérdidas". Algo que dijo en un mensaje a las autoridades regulatorias ya que si la reducción de emisiones exige vender más eléctricos y estos son más caros, los fabricantes trasladarán esos costes al precio final del coche. (Fuente: El Mundo Motor)