La violencia empañó el fin de semana liguista, puntualmente en los torneos de ascenso.
En la Zona Sur, en el encuentro Bochazo 1 - San Martín de Angélica 1, fue suspendido por la agresión del futbolista visitante Sebastián Rinaudo al juez Sebastián Yori, que con un cabezazo le fracturó la nariz.
Otro de los partidos con epílogo violento fue La Trucha con Defensores de Frontera donde el encargado de impartir justicia fue Darío Suárez. Se imponía el elenco de Frontera por 1 a 0 y fue agredido por un futbolista de La Trucha.
En tanto, por la zona Norte no pudo jugarse directamente el partido de primera división en Aurelia entre el local Aureliense y Belgrano de San Antonio, porque agredieron en el partido preliminar al árbitro de reserva Facundo Garetto (fue un jugador de Aurelia) y como quedaron solo dos jueces, no se disputó el principal.
En la mañana de este lunes, la Asociación Rafaelina de Arbitros emitió un comunicado repudiando estos tristes episodios.
"Estos actos de violencia no pueden ser tolerados. Han ocurrido en diferentes ocasiones y con distintos árbitros, comprometiendo no solo su integridad física y moral, sino también la seguridad y el desarrollo normal del fútbol en nuestra región. Este tipo de conductas es inaceptable y pone en riesgo el espíritu deportivo que todos debemos proteger", menciona en uno de sus párrafos iniciales.
Además de hacer un llamado a los clubes para que tomen medidas para frenar esta escalada de violencia en las canchas, el texto puntualiza que "exigimos sanciones ejemplares para los responsables de estas agresiones...".
Como suele suceder luego de estos lamentables hechos, sobre todo en redes sociales y distintos foros de opinión, se mezclan expresiones de solidaridad hacia los agredidos con justificaciones a tan graves determinaciones amparándose en errores deportivos o toma de decisiones incorrectas. Situaciones propias de una sociedad cada vez más violenta, a la que el fútbol no escapa.