Suplemento Economía

Lo bueno y lo malo del festival de los feriados

“Bienvenido fin de semana XXL” suele decir un amigo cada vez que se despide del trabajo un viernes al mediodía y retorna recién el martes o miércoles siguiente a las 7. Prácticamente se trata de unas minivacaciones que pueden ser más o menos populares según el lado del mostrador desde el cual se haga el análisis.

¿A quién no le gusta un feriado en el que cobra el salario sin ir a trabajar? La respuesta con sinceridad, por favor. En cualquier diálogo de oficina o inclusive de línea de producción en una industria se bendicen los días feriados. Si cae martes, miércoles o jueves es una pausa para “cortar la semana". Y si se agrega al “finde” es una oportunidad para hacer miniturismo como una escapada al río o a las sierras.

Es el enfoque desde la perspectiva del trabajador. Y seguramente esta mirada es compartida por los estudiantes, un sector acostumbrado a celebrar desde una hora libre y mucho más un feriado.

Después está el punto de vista de aquel que debe pagar el día a su o sus empleados pero no puede producir o abrir su comercio. A los costos fijos no les importan demasiado el feriado y siguen corriendo mientras la caja se queda muda sin hacer clink.

Con muchos de los feriados se intenta fomentar el turismo, por lo que constituyen una oportunidad para aumentar el nivel de actividad en las ciudades y regiones turísticas. Pero en ciudades como Rafaela que no tienen perfil turístico el resultado de este boom de feriados es adverso: el comercio, la industria y los servicios pierden.

Por eso las entidades representativas de estos sectores manifiestan su posición crítica a esta inflación que el calendario de feriados ha sufrido -al igual que los precios más allá del nuevo cepo- en los últimos años. "Hoy en

Rafaela,  el 87.5 % del empleo local es generado a través

del sector privado, calculando que cada feriado trabajado representa para la

ciudad un costo de varios millones de pesos", sintetizó el CCIRR recientemente para dimensionar las pérdidas. 

Autor: Redacción

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