Muchas empresas de medicina prepagas no están aceptando la afiliación de las personas de más de 65 años en la Capital Federal; y ante consultas realizadas por este Diario en una de las prepagas líderes de esta ciudad, aquí también -forzosamente, dijeron- estaría sucediendo algo similar.

Ante una requisitoria periodística a una de las empresas consultadas, la fuente manifestó que "existe preocupación de nuestra parte, porque a pesar de que la Ley ya fue sancionada, no está reglamentada, por lo cual estamos en una «nebulosa» de cómo actuar en estos casos y eventualmente de cuáles son los valores que debemos aplicar en las cuotas" dijeron.

Ante esta realidad -y ante una consulta de colegas del matutino Clarín- en la Superintendencia de Servicios de Salud fueron categóricos: "Las prepagas no pueden rechazar la afiliación de los personas de más de 65 años. Y no pueden aplicar planes con carencias y sin cubrir las enfermedades preexistentes. Los que sean rechazados deben denunciar esa irregularidad en la Superintendencia" dijeron.

Como se decía anteriormente, el principal argumento que esgrimen las empresas es que, a pesar de que la «Ley de Medicina Privada» se aprobó hace un año, aún no se fijaron los valores de referencia para determinar el valor de la cuota mensual, ni las cuotas diferenciadas para las enfermedades preexistentes o de altos costos.

Entonces, aunque la ley dice que no se puede rechazar la afiliación de personas mayores de 65 años, las empresas sostienen que no tienen los instrumentos para ponerla en vigencia. En algunas casos, aceptan la afiliación, pero bajo la modalidad de no cubrir la totalidad de los servicios.

A todo esto se suma que muchos trabajadores en relación de dependencia que derivan sus aportes a una prepaga, cuando se jubilan no pueden seguir derivando los aportes que se descuentan de sus haberes, que van al PAMI.

Así, mientras están activos, a través de los aportes obligatorios, tienen acceso a una prepaga pero al jubilarse, si quieren seguir en la prepaga, deben afrontar el pago del 100% de la cuota, más el IVA; o adherir al PAMI. Eso lleva a que muchos no puedan continuar con los servicios de su prepaga.