Editorial

Las Islas Malvinas

El próximo 2 de abril se cumplirán 30 años  de la guerra de las Malvinas, iniciada ese día y concluida el 14 de junio con la rendición de las fuerzas argentinas que participaron del conflicto frente a Gran Bretaña, quien con el respaldo de aliados, logró imponer su supremacía tanto numérica como de equipamiento armado, dotado de la más alta tecnología. Ahora, y con antelación a la fecha aludida, el gobierno nacional ha puesto el tema Malvinas en la cúspide del interés nacional, recibiendo el respaldo en todos los foros internacionales, que propician el diálogo entre la Argentina y Gran Bretaña por el tema de la soberanía. Una situación, cabe decirlo, que se viene repitiendo desde hace décadas y que los británicos hicieron caso omiso, manteniendo la misma situación rdel archipiélago austral que viene de 1833 cuando fue usurpado, como tantas otras colonias en diversos lugares del mundo. En algunos casos resueltos, pero en muchos otros manteniéndose sin cambios, como también ocurre en Gibraltar.

Aunque es claro que en el mundo de estos últimos años han venido produciéndose algunos cambios, muchos de ellos sustanciales, como por ejemplo el traspaso de acumulación global que se ha ido corriendo desde los países más avanzados y de alto desarrollo hacia los emergentes, como son los casos de China, India y Brasil, transformados en los nuevos traccionadores de la economía mundial. Y además, con la crisis de 2008-2009 la hegemonía unipolar de los Estados Unidos ha llegado a su fin, ocupando ese espacio el Grupo de los 20, del cual la Argentina es uno de sus miembros.

Hoy, y sin caer en exageraciones, el eje de las grandes decisiones del mundo parece haberse corrido hacia Asia y América del Sur, luego de mantenerse poco menos que indefinidamente en Estados Unidos y Europa, lugares en los cuales las crisis han pegado muchísimo más fuerte que en otros, con notable incremento de la desocupación y con la aparición de sectores de pobreza inéditos hasta ahora para los europeos, que habían logrado mantener apagado ese flagelo.

La fotografía del mundo, en todo sentido, ha experimentado variantes sustanciales, afianzándose en el Este y el Sur, con inversiones, comercio y producción que cuentan con el sostén de grandes mercados de consumo, produciendo una retroalimentación que, al menos hasta ahora, ha dado muy buenos resultados.

Dentro de este marco las islas Malvinas adquieren otra dimensión, yendo mucho más allá que el cumplimiento de 30 años de aquella contienda bélica que se extendió durante 74 días por aire, mar y tierra, cuyos episodios serán recordados y difundidos durante este tiempo en que se vaya aproximando el aniversario. Siendo muy probable que en esta oportunidad haya que seguir avanzando en los reclamos diplomáticos en cuantas vías se ofrezcan, ya que el mundo se ha puesto muy claramente en favor de la Argentina, siendo en cambio poco y nada el apoyo que se da a los británicos, exactamente al revés de aquél episodio bélico de hace tres décadas.

También para Gran Bretaña las condiciones han cambiado, pues sus mayores intereses comerciales viraron de Estados Unidos y Europa hacia los países emergentes y de modo muy especial hacia los tres "tractores" de este tiempo como lo son China, India y Brasil. Justamente este último, con el cual los ingleses quieren mantener fluidas relaciones, y que es quien justamente los desplazó del sexto lugar de las posiciones de las economías mundiales, es uno de los del Mercosur que prohibió el ingreso a sus puertos de naves con la identificación de las Islas Falklands. Un dato que los británicos tienen en cuenta y que pesa al momento de las decisiones, tanto o más que los reclamos que se hagan desde los foros internacionales. Es que, desde siempre, el dinero influye mucho más que las palabras.

Eso en cuanto al reclamo institucional de la Argentina, que de todos modos fue rechazado hasta aquí con algunas declaraciones con muy poco fundamento por parte de los británicos, con su premier David Cameron al frente al acusar a la Argentina de colonialista, cuando es exactamente al revés, pero en cambio existen algunas perspectivas económicas relacionadas con las Malvinas que son las que adquieren finalmente el mayor peso al momento del análisis, como el caso del petróleo y de la pesca, aunque esta última está sufriendo una devastación hasta límites inimaginables. En cuando al petróleo en cambio, las posibilidades que se ofrecen son poco menos que ilimitadas.

Autor: Redacción

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