Editorial

Las islas australes

El 2 de abril es una fecha muy cara para los sentimientos nacionales, ya que son recordados los soldados que participaron de la guerra de las islas Malvinas iniciada en 1982, y especialmente quienes allí en ese territorio austral dejaron sus vidas, envueltos en el valor que muchos otros, los que definieron estas acciones, no tuvieron.

Este día fue instituido como tal en el año 2000, pero luego en 2006 adquirió las características de feriado nacional inamovible en el calendario, para que sea cada año y en esa misma fecha, el homenaje hacia todos aquellos que lucharon y dieron su vida, movilizados por un acendrado sentir patriótico.

Es que decir Malvinas, es igual que movilizar lo más profundo de la identidad nacional, ya que desde 1833 esos territorios fueron ocupados ilegalmente por Inglaterra, luego que barcos de ese origen llegaran a las islas, tomando posesión de las mismas en nombre de la corona de ese país colonialista, cuyas flotas en esos tiempos andaban por el mundo tomando territorios y otras riquezas.

En realidad, desde su descubrimiento en el siglo XVIII, las islas Malvinas fueron motivo de disputas entre Francia, España e Inglaterra, hasta que finalmente quedaron en posesión del último mencionado.

Transcurridos 180 años desde entonces, donde los reclamos argentinos se fueron sucediendo sistemáticamente en todos los foros y organismos internacionales, desoídos invariablemente por Inglaterra, se llegó a la oscura época que le tocó vivir a nuestro país en 1982, con un ciclo de la dictadura militar que se había iniciado el 24 de marzo de 1976 y que se debatía en la impotencia luego de haber desatado la más encarnizada lucha armada que se tenga memoria, resolviéndose entonces recuperar las Malvinas mediante el uso de las armas, como efecto movilizador del sentimiento nacional para tratar de perdurar en el poder. 

Es así que el 2 de abril de 1982, mientras el país se debatía en reiterados y cruentos episodios, con la economía prácticamente destruida y un empobrecimiento de la población a ritmo vertiginoso, quedando al descubierto la realidad de quienes habían llevado a la Argentina al desastre en todo sentido, nos despertamos esa mañana con la novedad de que las Malvinas habían sido recuperadas por un sorpresivo desembarco de fuerzas del Ejército, retomando la soberanía e izando el pabellón celeste y blanco en el lugar.

El objetivo de las fuerzas armadas, cabe reiterarlo, no era centralmente el de recuperar las islas, sino y de modo muy especial desviar la atención de un país desangrado y golpeado duramente por el empobrecimiento luego de media docena de años de dictadura militar, la peor que se recuerda en nuestra historia, de las muchas que tuvimos. El mando militar de aquél momento buscó el apoyo de toda la sociedad, y en cierto modo lo consiguió al comienzo, despertando un sentimiento patriótico sustentado en ese objetivo de Malvinas que por años había penetrado en el corazón de los argentinos.

El gobierno inglés reaccionó unos días después enviando hacia las islas una fuerza muy superior en todo sentido, tanto en número como en equipamiento, mientras el mundo condenaba el accionar argentino, con lo cual quedaba sellado nuestro fracaso tanto diplomático como luego del empleo de la fuerza.

Así se desató una durísima guerra, especialmente para los argentinos que debieron combatir en condiciones muy desventajosas, extendiéndose hasta el 14 de junio en que quedó sellada nuestra derrota. El enfrentamiento fue por tierra, mar y aire, y aún dentro de las mencionadas condiciones de inferioridad por sus armamentos, los argentinos demostraron un enorme valor, luchando hasta más allá de sus posibilidades.

Esa derrota, tanto como significó la exaltación de los soldados argentinos que hoy recordamos y homenajeamos, tuvo el significado de una herida prácticamente mortal para la dictadura militar, que aceleró desde entonces su precipitación hacia el fin.

Llegado 1983 la cúpula militar, absolutamente vencida en todos los ámbitos, permitió elecciones democráticas, con elecciones que el 30 de octubre marcaron el retorno a la institucionalidad que hoy seguimos disponiendo

Han transcurrido 31 años desde entonces y cada 2 de abril serán recordados como héroes los soldados de Malvinas, manteniendo viva una memoria que ha marcado muchos rumbos y que deben servir para el afianzamiento de nuestro futuro.

Vaya entonces nuestro homenaje a todos los muertos en Malvinas, y muy especialmente a los veteranos que hoy están con nosotros.








Autor: Redacción

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