El debate en torno al deterioro que ha sufrido la educación desde la irrupción de la pandemia de coronavirus aún transita la primera parte de un largo camino. Los padres, los teóricos de la educación y los funcionarios a cargo de los ministerios coinciden en que el daño es severo pero todavía no se puede conocer en toda su dimensión. En los próximos años continuarán apareciendo investigaciones con conclusiones cuantitativas y cualitativas respecto al retroceso que se ha dado en el sistema educativo.
El encierro obligatorio dispuesto por las autoridades en el primer año del Covid no ha tenido la misma intensidad en todo el mundo. Países europeos optaron por un mecanismo de apertura de escuelas cuando los contagios descendías, a la vez que disponían el cierre de los establecimientos cuando los casos iban en aumento. En la Argentina, por caso, hubo una especie de clausura definitiva de las escuelas a lo largo del 2020 por impericia de los gobernantes que de una u otra manera algún deberán hacerse cargo de esas decisiones. Los días perdidos de clases presenciales no pudieron recuperarse más allá del esfuerzo de docentes y alumnos por avanzar virtualidad mediante, con tantas adversidades por falta de conectividad o equipos. La sensación entonces es que los chicos no lograron incorporar saberes, que en muchos casos se desconectaron de las escuelas y que no solo sufren por lo que dejaron de aprender sino en la falta de vinculación social con sus pares, clave en el desarrollo de la personalidad.
En este marco, el cierre total de escuelas por el coronavirus, por primera vez en la historia, provocó en 2020 que aproximadamente 1.500 millones de estudiantes de 167 países quedaran sin escuela, según la directora del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educación de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, firmó la investigadora Myriam Feldfeber. La especialista consideró que para la etapa que se viene en el sistema, será muy importante en la transmisión de conocimientos el acceso amplio a Internet para todos los alumnos y que por tanto en ese punto hay que poner el acento.
Mientras en estos días las clases se llevan a cabo con un sistema híbrido mediante burbujas, la experta enfatizó que en la estrategia de reconstrucción encarada desde los gobiernos provinciales uno de los puntos centrales es garantizar diversos programas y estrategias de acompañamiento a las trayectorias; sobre todo la revinculación de estudiantes que no se han conectado.
Una definición que dejó Feldfeber es que no se puede decir que tenemos ahora educación virtual, sino que tenemos educación a través de medios virtuales. En este contexto, consideró que en la actualidad el derecho a la educación se juega también con el derecho a la conectividad.
Otro punto a tener en cuenta en el sistema de educativo con clases presenciales por burbujas, es decir que hay alumnos que van una semana cada tres al aula, gira en torno a la evaluación de los conocimientos aprendidos por los estudiantes. ¿Cómo determinar cuando un alumno está en condiciones de pasar de año cuando las clases se impartieron en forma irregular?
En torno a la pos pandemia, se va a necesitar mucha paciencia de todos los actores para manejar las tensiones que la vuelta a la presencialidad va a volver a poner sobre la mesa, sobre todo por el modo de trabajo que se utilizó en este tiempo. Y si bien se recuperaron parcialmente las clases presenciales, a esta altura nadie puede garantizar que no deba a volver al cierre de escuelas ante un eventual rebrote de Covid.