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Las ciudades después de la pandemia III (parte 2)

CABINA DE TOMA DE MUESTRA RAPIDA (CTMR) //Gracias a su protección vidriada, el diseño de guantes y un sistema interior de aireación y desinfección, la CTMR puede ser colocada en cualquier lugar, incluso en la vía pública. Tal diseño garantiza una exp

La pandemia ya tiene su propia historia, y todos los caminos conducen a la vacuna como la más clara posibilidad de la victoria final. Más de cincuenta días nos separan de aquel punto de partida de una cuarentena muy larga, pero que fue encontrando en la flexibilización el camino crítico. Cuando ésta termine seguiremos con el virus que se camuflará en el frío del otoño y el invierno haciéndonos una desagradable compañía pero al que no debemos dejar entrar a nuestras vidas.

Abrir la puertas a la vida pero no al virus, significa que empezaremos otra etapa de nuestra aislada existencia basada en esa reflexión a las que nos llevaron estos casi sesenta días de aislamiento y ese camino muy duro que se hizo al andar.

Van quedando claro que algunas certezas no fueron ciento por ciento tan ciertas y otras que parecían un holograma empezaron a tomar cuerpo de verdad tangible y sobre las cuales hay que trabajar y desarrollar hasta la llegada de la primavera. En mi profesión hay una ley de fuego, lo que no es flexible, se rompe.

Habiendo ya superado el corto plazo, hay que destacar varios puntos, para ver con cierta claridad una estrategia a mediano plazo sabiendo que para poder llegar hasta la fecha en que la vacuna esté lista para su aplicación hay que vivir y habitar de otra forma para transitar por el espacio público.

Ya sabemos que es un virus muy contagioso y que tiene una tasa de mortalidad comparable a la de una temporada de gripe severa. Es letal con los que tienen enfermedades de base y personas mayores de 50/60 años (el 95% de las muertes en Europa entre los mayores de 65 años), pero para los niños y jóvenes sabemos que COVID-19 es menos letal que la gripe.

Una de las grandes faltas es no contar con una base de datos confiable de personas infectadas sabiendo que hay una gran cantidad de ellas que no tiene síntomas, o apenas leves, e ignora que está enferma. Esa cantidad de personas que está infectada casi no tiene síntomas . El nuestro es un país de grandes concentraciones y lugares casi despoblados nos obliga a planes muy diferentes.

Si bien este país no tuvo el problema en los aeropuertos como los países desarrollados, pero si al igual que ellos, existe el contagio en hospitales sanatorios, clínicas y geriátricos. Pero el tema central es que nuestras ciudades crecieron con patologías urbanas importantes como ser grandes distancias entre lugares de residencia, trabajo, recreación y consumo, con un trasporte público mal resuelto salvo algunas excepciones como el subte y el Metrobús de Capital, y un descontrol caótico en el uso del automóvil particular. Hay densidades peligrosas desde los centros históricos hasta las periferias que contienen la marginalidad social, un gran descuido de espacios verde y arboleda urbana en general. Sobre esta estructura enfermiza de ciudad, cualquier virus encuentra el mejor campo de acción. Ahora llegó la hora señalada, debemos resolver la paradoja de salir gradualmente de la cuarentena cuando lo peor no pasó.

Son muchos los diseños que se introducen en la cruzada contra el Covid-19, desde diseños simples para uso cotidiano y doméstico que atacan el segmento de la transmisión comunitaria, hasta un habitáculo especialmente diseñado para realizar pruebas de coronavirus rápidos y eficientes con un distanciamiento completo entre el paciente y el médico sin necesidad de equipo de protección personal, los dos puntos de tensión que tendrá que resolver este regreso a la “nueva normalidad”.

Hay una asimetría profunda entre preservar las vidas de la pandemia y desplegar políticas de Estado que cuiden vidas. No sabemos si el pasado va a quedar atrás y por lo tanto no sabemos si el porvenir no va a estar expuesto a los riesgos del pasado. Pero si sabemos que no podemos empobrecernos por que mataríamos algo fundamental que es el sentimiento del porvenir. Es por eso que es indispensable reactivar el aparato productivo del país.

Son dos las dimensiones del tiempo que están en juego: una coyuntura que pide acción y un futuro que recomienda no excederse en la exposición. Este es un dilema histórico nunca visto en la sociedad moderna. El triunfalismo es peligroso , sería muy doloroso tener que retroceder. Salir gradualmente de la cuarentena puede que sea turbulento, pero es el camino.



Autor: Esteban Soldano

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