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Las ciudades después de la pandemia II

CIUDADES.// Evidentemente el mundo deberá cambiar.

Las ciudades del planeta están jaqueadas por uno de los virus más letales que se hayan conocido en la historia de la humanidad donde la globalidad y la comunicación que ha caracterizado al mundo del los últimos treinta años, parecen haberse convertido en el socio ideal que la pandemia ha elegido para poner al género humano de rodillas y buscar en el aislamiento su única, por ahora, solitaria carta de triunfo en una batalla en la que, con mucho esfuerzo, tratamos revertir.

Las ciudades más pobladas del mundo siguen creciendo demográficamente, al ritmo actual la instantánea será apocalíptica. El aumento de la contaminación, la escasez de alimentos, y de agua, pueden ser todo un reto de supervivencia para estas mega urbes. Ocupan sólo el 3% de la superficie terrestre, pero consumen entre el 60-80% de la energía del planeta y producen 75% de las emisiones de gases efecto invernadero.

Cientos de millones de personas que viven en áreas urbanas por todo el mundo ya se están viendo afectadas por el aumento del nivel del mar, aumento de las precipitaciones, inundaciones, tormentas y huracanes cada vez más devastadores y frecuentes y períodos de calor y frío intensos debido al Cambio Climático.

Las ciudades son una pieza clave de este siglo. Se calcula que para 2030 el 60% de la población mundial vivirá en ciudades.

Valga la ironía, este es el mundo hermoso que atacó el covid 19, que con o sin él debe cambiar.

Si bien Tokio es la ciudad más poblada del mundo actual(con algo así como 39 millones de habitantes), cuenta con una densidad de población muy elevada, de unas 14.000 personas por km²,no es la que más problemas tiene, por que su alta densidad esta mejor acomodada y está en un país de elevada cultura y bien organizado.

Nueva Delhi, quinta en la tabla, por su parte, crece a un ritmo exponencial, muy y mal densificada, con un gran índice de pobreza a la vez, pero la pandemia no fue tan nociva allí por que su blanco ha sido el de las clases pudientes que viajan por el mundo.

Nueva York, ciudad cosmopolita por excelencia, con mucha gente viajera y pudiente en la isla de Manhattan, también con mucha densidad poblacional, es la más perjudicada de su país y del mundo por que se reúnen los factores ideales para la transmisión del virus.

EE.UU. con más de 57000 víctimas fatales en cuarenta días , ya superó con cierta holgura la cifra de la brutal masacre de la batalla de Gettysburg, en la Guerra de la Secesión Norteamericana, habiendo alcanzando la cantidad de bajas de soldados que tuvo en la guerra de Vietnam y de seguir así en poco tiempo más las cifras alcanzarán a la cuarta parte de vidas que perdió en la Segunda Guerra Mundial tras cuatro años de participación en esa contienda.

Dentro de este contexto mundial, Buenos Aires, Rosario y Córdoba, con mucha densidad de gente de clase alta y media alta, pagó también, dentro de nuestro país el precio más alto en infectados y víctimas fatales.

El Presidente argentino fue rápido y certero en este juego, paralizó a la población mandando a la gente a su casa, lo que le dio tiempo para pensar una estrategia en la que jugar con las blancas era el punto crucial. El resto del mundo se dejó estar y pagó un precio muy alto hasta que pudo remontar la situación, y aún así, su futuro inmediato es bastante incierto.

Hoy tenemos que sobre 53000 test realizados hay 4.127 casos confirmados en Argentina, el 30% son importados con antecedentes de viaje al exterior, sobre los que hubo poco control y seguimiento, el 43% son contactos estrechos de casos confirmados de covid-19 y un 21% es por circulación comunitaria y el resto se encuentra en investigación epidemiológica.

En nuestro hábitat hoy sabemos que, controlado los dos primeros casos, es decir importados y contactos estrechos, es la circulación comunitaria, el gran tema para que ese porcentaje, por ahora menor, deje de crecer.

Es más que obvio que en las grandes ciudades, que en nuestro país superan los 500000 habitantes, se transforman en la tierra prometida del virus.

La pandemia podría producir un desprestigio de la ciudad tradicional. “El virus puede terminar por darle legitimidad a la dispersión urbana que, a pesar de las recomendaciones internacionales y de la conciencia al respecto, se siguieron produciendo en todo el mundo durante este siglo”, lo que significa que algunas virtudes tienen ese tipo de asentamientos.

El impacto de calamidades como la actual en ciudades compactas se puede ejemplificar con el caso de Buenos Aires en 1871. Durante la epidemia de fiebre amarilla, la ciudad contaba con 190 mil habitantes, en solo seis meses, fallecieron 14 mil, casi el 8% de la población.

A la espera del día “P” del famoso “pico”, a partir de esta semana última de abril, la cuarentena entra en su tercera y tal vez última fase, comenzando la regionalización del problema.

La estrategia ahora con más razón que antes debe ser territorial y urbana, de dinámica controlada en cuanto a aislación, circulaciones y encuentros, sean estos comerciales, de servicios, institucionales o políticos. La aproximación a cada asentamiento barrial, ciudadano o territorial debe estar coordinado para garantizar la seguridad de sus gentes. Es tiempo de poner en marcha escalonada la sociedad pero con un programa urbanístico, con mucha cautela y profesionalismo, volviendo al espíritu de la ciudad de antes pero con otra impronta de espacios y encuentros, con equipamientos alternativos, desinfectando primero, y reformulando a la vez, esa médula espinal de las ciudades como calles, parques y plazas, con un claro deber ser que no debe alcanzar el lugar de las utopías.






Autor: Esteban Soldano

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