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La victoria de la perseverancia

MADRID, 21 (AFP-NA). - A falta de carisma, el conservador Mariano Rajoy, que tras la aplastante victoria de su partido en las legislativas de ayer dirigirá el nuevo gobierno español, hizo de la perseverancia un arma política que le llevó finalmente al poder tras dos fracasos.

"Soy Mariano Rajoy, español y gallego, nacido en Santiago (de Compostela) hace cincuenta y seis años", así comenzó su autobiografía, publicada antes de las elecciones, este hijo y nieto de juristas, educado en la tradición católica y que cultiva una imagen sobria, incluso tediosa.

Poco conocido en el extranjero -habla francés, pero admite tomar clases de inglés-, criticado por su indecisión, este hombre de pelo castaño, de barba blanca y gafas rectangulares, logró, sin embargo, reagrupar en torno suyo al Partido Popular y hacer olvidar sus dos duras derrotas en los comicios de 2004 y 2008.

"Rajoy, es la victoria de la perseverancia", cree Antón Losada, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Santiago de Compostela.

Tras estudiar en una escuela jesuita y en la facultad de derecho, entra "tímidamente" en política adhiriéndose a Alianza Popular (AP), partido de derecha fundado por el ex ministro franquista Manuel Fraga Iribarne, que se convertirá luego en el PP. 

Discreto pero firme, es elegido diputado regional con 26 años, antes de seguir subiendo hasta convertirse en el hombre de confianza de José María Aznar, presidente del gobierno de 1996 a 2004, que lo nombrará para sucederle.

Varias veces ministro, portavoz del gobierno y vicepresidente, Rajoy se forja una imagen de mediador fuera de serie, además de ser el hombre que da la cara ante las críticas por la desastrosa gestión de la marea negra del petrolero "Prestige" en 2002 y la entrada de España en la guerra de Irak, en 2003.

Borrando poco a poco su imagen de conservador puro y duro, se presenta como un dirigente "previsible, patriota, independiente, moderado" en contraste con "la inconsistencia" y la "frivolidad" supuestas de Zapatero.

"De mi padre heredé un sentido muy marcado por el respeto a las reglas, el sentido de la justicia y el esfuerzo", destacó en su libro, titulado "En confianza". 

Autor: Redacción

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