Ya es un clásico en la Argentina que en la previa de cada elección se generen dudas en torno a los procesos de escrutinio de los votos. Sucedió en la provincia de Santa Fe cuando los principales partidos opositores al Frente Progresista gobernante, esto es el Justicialismo y Cambiemos, plantearon ciertos interrogantes sobre el sistema informático a utilizar por el Tribunal Electoral para cargar los datos procedentes de los centros de votación de todo el territorio provincial. La situación se registró antes de los comicios primarios con una mayor puesta en escena y se replicó antes de las generales, siempre en tiempos de ensayos, es decir las pruebas de funcionamiento a la que asistían los representantes de los distintos espacios políticos participantes de la contienda.
El temor a que se haga trampa o que al menos se eche mano de la llamada picardía criolla parece ser un componente innato de la sociedad argentina, forma parte del folclore electoral. La desconfianza está a la orden del día, más aún cuando hay tanto en juego como lo es el poder y todo lo que ello implica, como el manejo de los fondos públicos.
Ahora aquella atmósfera de sospechas que salpicó la elección santafesina se trasladó al escenario nacional: desde el Frente de Todos (peronismo y aliados) se pone en tela de juicio el mecanismo dispuesto por el Gobierno para la transmisión de datos desde las escuelas y la carga de datos en el sistema para el escrutinio provisorio, por lo que la necesaria transparencia de los resultados queda bajo sospecha.
El escrutinio de las próximas elecciones nacionales argentinas se realizará de forma digital por primera vez en la historia en tanto que la empresa SmartMatic desplazó a INDRA, que se venía encargado del recuento provisorio de todos los comicios desde fines de la década del noventa. Las dudas en el peronismo están puestas en la digitalización de las actas, que serán transmitidas desde las escuelas la noche de la elección. El Partido Justicialista reclamó ante la Cámara Nacional Electoral que se vuelva al sistema tradicional, en el que las actas se trasladaban en camiones hasta los centros de transmisión y ahí se contaban.
Con este trasfondo, en las dos últimas semanas se enredaron opiniones de soldados de ambas trincheras políticas, esto es el Gobierno y la oposición peronista en torno a esta pulseada no tan silenciosa, más allá de que no genera demasiado interés en la opinión pública, ocupada y sobreocupada en atravesar el río para llegar a la orilla -la tierra prometida- aparentemente más agraciada por la naturaleza o la mano del hombre, vaya a saber uno.
En este contexto, diputados nacionales del Frente para la Victoria y autoridades del PJ de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires advirtieron que el Gobierno puede "manipular los datos electorales" en las PASO y exigieron que se garanticen las condiciones para una "elección limpia". El principal foco de preocupación se centra en el hecho de que el Gobierno contrató a la empresa SmartMatic para prestar el servicio de recuento provisorio digital. En esta línea, se cuestiona la transmisión electrónica y digitalización de telegramas como supuesta innovación tecnológica y se exige que se retrotraiga al formato papel es preocupante la vulnerabilidad del software y la manipulación de datos.
El apoderado del PJ nacional, Jorge Landau, detalló que las mayores dificultades del sistema está en la transmisión de los resultados desde las escuelas, por lo que ya presentó pedidos para impugnar dicha modalidad ante la Cámara Nacional Electoral y reclamó que por esta vez no se innove, que se continúe con el sistema que históricamente permitió la alternancia y transparencia.
En el otro extremo, el fiscal con competencia electoral Jorge Di Lello aseguró que no hay posibilidad alguna que haya fraude en las elecciones mientras, al estilo de una saga cinematográfica, la diputada Elisa Carrió advirtió sobre una red de hackers de origen ruso que instalados en Cuba se infiltrarían en los sistemas para alterar los resultados.
Por su parte, el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez, calificó como una actitud irresponsable que carece de fundamento" las consideraciones de diputados del PJ en el sentido de que el Gobierno podría manipular los resultados de las PASO. El funcionario indicó que se modificó el sistema de transmisión de los telegramas que hasta ahora se realizaba a través del correo y se estableció un kit en cada escuela para que los resultados sean emitidos directamente. Al respecto, defendió la transparencia al sostener que los partidos están autorizados a fiscalizar en las escuelas cuando se realice la emisión de los telegramas. Además, destacó que antes los telegramas recién se publicaban un día después de realizada la elección pero ahora, una vez que se cargan, van a estar publicados y podrán ser controlados por los partidos políticos y toda la ciudadanía. Mayor agilidad y transparencia son los beneficios que se logran con las modificaciones introducidas al sistema que fueron solicitadas por la Justicia Electoral, sintetizó.