Cada 100 pesos de renta que genera una hectárea de campo explotada nada menos que 66,20 pesos se lo llevan los diferentes niveles de gobierno, es decir nacional, provincial y comunal. De esa manera lo indica un minucioso informe elaborado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo Argentino (FADA), correspondiente al mes de diciembre.
En realidad, y aunque siga siendo elevado, este aporte del campo para engrosar los recursos de todos los planos estatales, se encuentran en baja con relación a lo que venía ocurriendo antes, ya que por ejemplo en la última medición del mes de septiembre pasado lo que iba al Estado era del orden del 71,1%, habiendo bajado por lo tanto casi 5 puntos en el último trimestre del año. Ni hablar de la diferencia si nos vamos más atrás, cuando en determinados períodos del gobierno kirchnerista la presión impositiva sobre el sector agropecuario llegó hasta más del 90 por ciento, teniendo niveles prácticamente confiscatorios. Aunque, esta situación viene dándose en forma de péndulo, porque en este diciembre es más alto que en diciembre de 2016 cuando los impuestos se quedaban con 63% de la renta agrícola.
Según el análisis que hace FADA, uno de los factores centrales para generar esta baja en la presión fue el precio disponible en dólares de los cultivos analizados.La soja , el trigo y el girasol se incrementaron entre 15 y 19 por ciento, en tanto que el maíz aumentó 3%, subas que se combinaron con un dólar que en tres meses se mantuvo estable, y aunque la inflación en esos tres meses fue de 4,9% los precios del sector agropecuario no se vieron afectados, razón por la cual el aumento de los ingresos por sobre los costos provocó la lógica mejora de la renta y que bajara el indicador.
Pero además, según se analiza en el documento de FADA, el aumento del 6% en los combustibles, todavía no fue captada por el índice en cuestión en razón que los precios del transporte y las labores no fueron actualizadas en su totalidad al momento del relevamiento. Por lo tanto, en tal contexto, el cambio impositivo que se viene en 2018 es la reducción de los derechos de exportación de la soja, es decir, el impuesto más conocido como "retenciones". La baja será de 0,5% mensual a partir de enero, explicándose que "este descenso de 0,5% generará en el índice de FADA una caída mensual del 0,32%, acumulando en todo 2018 un 3,8%.
En contrapartida, chocando con los esfuerzos desde el gobierno nacional por ir mejorando paulatinamente al renta del sector agropecuario, convertido en el principal traccionador para recuperar la economía y por lo tanto principal aportante a las arcas estatales, casi todas las provincias aumentaron los impuestos inmobiliarios rurales. La suba promedio es del 40%, y según la Fundación el efecto que tendría ese aumento en los números actuales sería del 1,5%, llevándolo de tal manera al 67,7%.
Para tener una idea más clara y precisa, puede decirse que la suba de los impuestos inmobiliarios provinciales es equivalente a los primeros 5 meses de reducción de las retenciones. Es decir, uno da y el otro quita. Lo que queda claro, es que dada la enorme presión impositiva existente en la Argentina, la política que debe prevalecer es la de ir reduciendo la misma tal como lo intenta y en cierta medida lleva adelante el gobierno nacional, aunque en cambio las provincias siguen subiendo impuestos como única forma de imaginación para solventar sus cada vez más grandes gastos.
Poco tiempo atrás, sobre el tema, la Bolsa de Comercio de Rosario analizaba si era conveniente producir en el campo, darlo en alquiler o ser inquilino. Según el reporte, un dueño de 300 hectáreas que cede su propiedad en alquiler obtendría un margen bruto de 117.600 dólares anuales, sin descontar los impuestos nacionales y provinciales. En cambio, para el productor que alquila esas 300 hectáreas e invierte en insumos para producir soja su margen bruto sería de US$ 34.837 anual. El análisis no computaba, el impacto de impuestos, con lo cual el ingreso podría ser menor. Se considera un alquiler de 16 quintales de soja por hectárea o 392 dólares por hectárea. Una hectárea de soja en campo alquilado deja un margen bruto de 116 dólares por hectárea en este escenario.