Julieta Olivero es rafaelina, pero tomó como hogar a la ciudad de Córdoba hace ya varios años. Luego de terminar sus estudios secundarios en el Colegio Misericordia, decidió irse a estudiar el Traductorado Público de Inglés en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

La ciudad la recibió con los brazos abiertos. Allí comenzó su camino en esta profesión que tantas alegrías le dio, como esta que elige compartir hoy con LA OPINIÓN.

¿Quién no quisiera ser parte del show de Paul McCartney? Julieta tuvo la oportunidad, desde su lugar como intérprete, en el show que dio el ex Beatle en Córdoba. "Éramos cuatro en total, todos radicados acá. Nuestra tarea consistía en facilitar la comunicación entre los equipos extranjeros y los equipos de acá a la hora del montaje y del desmontaje de todo el show", comentó.

"Fue una experiencia increíble poder ver todo el show desde dentro, el antes y el después, todos los involucrados, cada detalle de la producción, cómo se organiza cada parte arriba del escenario. Uno después ve el show y ve mucho más", sostuvo.

Tener contacto con un show de tan gran dimensión es una oportunidad única e inigualable, pero sin dudas también supone un desafío: "Es muy linda la sensación de ver tantos años de formación puestos a prueba en un trabajo. Ser intérprete no es un trabajo fácil. No es solo entender lo que dicen, sino también buscar soluciones a los problemas que se plantean", afirmó. Además, agregó: "Nosotros éramos la voz del equipo técnico. No era solo escuchar y reproducir. Era buscar lo que necesitaran, resolverles problemas, controlar junto con ellos lo que se hacía, identificar situaciones en las que la comunicación no estuviera fluyendo y acercarse a resolver, todo el tiempo atentos mirando para todos lados para ver quién podría necesitarnos, tanto del lado del equipo extranjero como también del lado del equipo argentino. Y todo esto, a la velocidad a la que trabajaban ellos, que tenían todo calculadísimo".

Debido a su trabajo con el equipo técnico, pudo ver a Paul desde el campo. Según lo cuenta ella, fue una experiencia extraordinaria e inolvidable.

LA OPINIÓN celebra a los rafaelinos que emprenden sus profesiones en otras provincias y que tienen la oportunidad de ser parte de proyectos ambiciosos como este.