Suplemento Economía

La profecía de Stiglitz: habrá recesión pero no toma al mundo por sorpresa

“Mientras hablábamos el 4 de agosto, dice Oppenheimer, el mercado de valores estadounidense había caído más de 300 puntos, los portales de internet publicaban alarmantes titulares sobre un posible derrumbe financiero de España e Italia, y mi columna del Miami Herald de esa mañana había citado a varios economistas que pronosticaban que la desaceleración económica de Estados Unidos tendrá un impacto negativo sobre China y Latinoamérica.

“A diferencia de la mayoría de sus colegas, que creen que una desaceleración económica estadounidense y europea arrastrará a todo el mundo —incluyendo a las economías emergentes —, Stiglitz me dijo que probablemente tendrá "un efecto relativamente pequeño" sobre China, Brasil, Chile, Argentina y otros países latinoamericanos”.

Cuando le pregunté, continúa Andrés, si el acuerdo del Presidente Obama con el congreso sobre la deuda estadounidense conducirá más probablemente a una desaceleración económica o a algo peor, como una recesión, Stiglitz dijo que “existe un significativo riesgo de otra recesión global”. Pero agregó que “no creo que sea tan grave como la recesión de 2008”, porque esta vez no tomará al mundo por sorpresa como ocurrió tres años atrás”.

¿China no va a sufrir el impacto, y por extensión también los países sudamericanos que deben gran parte de su crecimiento a las compras de materias primas por parte de China?, le pregunté. Le recordé que el economista de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini —que adquirió fama mundial por haber pronosticado acertadamente la crisis económica de 2008— predijo recientemente que es probable que la economía china se derrumbe en 2013.

Stiglitz dijo que “lo más probable es que China siga teniendo índices de crecimiento de 7, 8 ó 9 por ciento durante otra década”, debido al crecimiento de su mercado doméstico y su creciente interacción con otros mercados emergentes. “No soy tan pesimista como Roubini con respecto a China”, agregó.

Cuando hablamos sobre Latinoamérica, Stiglitz dijo que “es muy optimista” con respecto a la región, especialmente en los casos de Brasil y Chile. “Veo un gran crecimiento allí y en muchos de esos países. Realmente tiene bases sólidas”, explicó.

¿Pero ese crecimiento no es en gran parte una burbuja basada en los altos precios mundiales de las materias primas? ¿Acaso muchos de los países de la región no están desperdiciando su mayor oportunidad de invertir en educación e infraestructura, y de diversificar sus economías?, le pregunté.

“Tienes razón. Pero al mismo tiempo, han habido grandes progresos”, dijo, citando el caso de los avances de Brasil en la reducción de la desigualdad de ingresos, y de su éxito en el desarrollo de la industria del etanol y de la aviación?


Stiglitz y el ejemplo a seguir


El analista económico elogió la recuperación argentina en su editorial académica para describir los desafíos de 2011. Destacó el crecimiento "extraordinariamente rápido" del PBI tras la reestructuración de la deuda y la devaluación del peso. "Ésta es mi esperanza para el nuevo año: que dejemos de prestar atención a los supuestos magos financieros que nos metieron en este embrollo", remarcó.

El analista financiero y premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz elogió la recuperación de la Argentina tras la crisis del 2001 y se refirió al país como un ejemplo para las principales potencias que hoy enfrentan difíciles escenarios.

En una editorial que elaboró para describir los desafíos de la economía mundial en 2011, Stiglitz recordó que "para Europa y los Estados Unidos, el de 2010 fue un año de decepción".

Al respecto, explicó que muchos países aún no pudieron superar los coletazos de la crisis financiera que se disparó en 2008 con la quiebra del banco norteamericano Lehman Brothers.

"En 2009, dimos un paso atrás al borde de la depresión y 2010 había de ser el año de transición: cuando la economía volviera a ponerse en pie, se podría disminuir suavemente el gasto en estímulo", analizó, según publicó el sitio Project-syndicate.org.

Advirtió que fueron "erróneas" las medidas que se aplicaron en los EEUU y Europa para revertir la debacle. Lamentó la decisión de "pedir austeridad al sector público" y vaticinó que "la consecuencia será, casi con toda seguridad, una recuperación más lenta e incluso una mayor demora antes de que el desempleo baje hasta niveles aceptables".

Por el contrario, consideró que será clave la reestructuración de las deudas y por ello elogió las políticas que se aplicaron en la Argentina: "Sabemos por experiencia, no se acaba la vida después de la reestructuración de la deuda. Nadie desearía a cualquier otro país el trauma por el que pasó la Argentina en 1999-2002, pero este país también padeció en los años anteriores a la crisis –años de rescates por parte del FMI y de austeridad– a consecuencia de un enorme desempleo y tasas de pobreza y crecimiento bajo o negativo".

Elogió el "extraordinariamente rápido" crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) argentino (que recordó fue de 9%, en promedio entre 2003 y 2007) desde la reestructuración de la deuda y la devaluación del peso.

"Asimismo, la tasa de pobreza de la Argentina se ha reducido en unas tres cuartas partes en relación con el momento peor de su crisis y este país capeó la crisis financiera mundial mucho mejor que los EE.UU.: el desempleo es elevado, pero, aun así, no supera el 8 por ciento. Sólo podríamos conjeturar lo que habría ocurrido, si no hubiera aplazado el día del juicio final durante tanto tiempo... o si hubiese intentado retrasarlo aún más", agregó.

Por último, enfatizó que esa es su "esperanza" para el 2011, "que dejemos de prestar atención a los supuestos magos financieros que nos metieron en este embrollo –y que ahora piden austeridad y una reestructuración retardada– y empecemos a usar un poco el sentido común. Si tiene que haber sufrimiento, el mayor deben arrostrarlo los responsables de la crisis y quienes más se beneficiaron de la burbuja que la precedió".

Autor: Redacción

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