Con el 2020 recién finalizado, comienzan a aparecer indicadores socioeconómicos que permiten dimensionar el impacto, negativo por cierto, de la pandemia de Covid y trazar perspectivas respecto a lo que se puede esperar en este nuevo año. En base a la edición de junio del informe Perspectivas Económicas Mundiales (GEP), el Grupo Banco Mundial había estimado que en todo el mundo, entre 88 millones y 115 millones de personas caerían en la pobreza extrema durante 2020. Sin embargo, con los pronósticos incluidos en la edición de enero de 2021 de dicho informe, se puede prever que la cantidad de nuevos pobres surgidos como consecuencia de la pandemia de Covid-19 en 2020 aumentará a entre 119 millones y 124 millones. De esta forma, el reporte concluye que el aumento estimado de la pobreza mundial en 2020 es verdaderamente inédito.
Antes de la Covid-19, el único caso registrado en los últimos 30 años de aumento en el número mundial de pobres como consecuencia de una situación crítica fue el de la crisis financiera asiática, que elevó la pobreza extrema en 18 millones de personas en 1997 y sumó otros 47 millones en 1998. En las dos décadas transcurridas desde 1999, la cantidad de personas que viven en la pobreza extrema en todo el mundo disminuyó en más de 1000 millones. Parte de este éxito se revertirá a causa de la pandemia de Covid-19 y por primera vez en 20 años, es probable que la pobreza aumente significativamente.
Según el reporte del Banco Mundial, se estima que la pandemia de Covid-19 provocará una suba de entre 88 millones (estimación de referencia) y 93 millones (estimación pesimista) en el número de personas en situación de pobreza extrema en 2020. Pero si se toman en cuenta las personas que habrían salido de la pobreza extrema en otras circunstancias pero que ahora no podrán hacerlo debido a la pandemia (es decir, 31 millones en 2020), el total de nuevos pobres surgidos por la Covid-19 en ese año se estima entre 119 millones y 124 millones de personas.
Más allá de estos datos, desde el punto de vista metodológico es importante señalar que en los últimos años, incluso antes de la pandemia, las estimaciones de la pobreza de Asia meridional presentan un considerable grado de incertidumbre debido a que no se dispone de datos de encuestas de hogares de India posteriores a 2011-12.
En este marco, sobre la base del pronóstico de crecimiento de abril de 2020 y utilizando la línea de pobreza de USD 1,90 al día, el informe estimó que 62 millones de personas caerían en la pobreza extrema en todo el mundo en 2020, y que las regiones de Asia meridional y Africa al sur del Sahara representarían aproximadamente dos quintas partes de esa cifra. Posteriormente, con las previsiones de crecimiento de junio de 2020, corrigió las estimaciones mundiales para situarlas entre 88 millones y 115 millones de nuevos pobres, de los cuales cerca de la mitad residían en Asia meridional. Y ahora con los pronósticos frescos de enero de 2021, consideró entre 119 millones y 124 millones la cantidad de pobres adicionales en todo el mundo, el 60 % de los cuales, aproximadamente, habitan en Asia meridional.
Respecto a lo que pueda esperarse para el corto plazo, no hay duda de que 2020 ha sido un año excepcionalmente difícil en la historia reciente y si bien se han logrado avances en el desarrollo de vacunas, no parece que el aumento de la pobreza ocurrido el año pasado vaya a revertirse en 2021. En tal sentido, se calcula que en 2021 la cantidad de pobres surgidos como consecuencia de la Covid-19 aumentará a entre 143 millones y 163 millones. Si bien las estimaciones para 2021 son aún muy preliminares, muestran que para millones de personas de todo el mundo esta crisis no será efímera. Tras la crisis financiera asiática, 42 millones de personas salieron de la pobreza extrema en 1999 y, en promedio, 54 millones de personas lograron escapar de la pobreza extrema cada año durante las dos décadas anteriores a la pandemia.
Si bien en el estudio se plantea una mirada positiva -porque la esperanza es lo último que se pierde- sobre el asunto, es decir se para que cuando finalmente se realice el balance de 2021, dentro de un año, los datos referidos a la reducción de la pobreza sean mucho mejores de lo que ahora se pueden estimar, el continuo empeoramiento de las perspectivas de crecimiento que se observan durante el último año podría indicar lo contrario. El aumento de la desigualdad es otro riesgo negativo implícito de este nuevo mundo dibujado por una pandemia inesperada. Tal vez la única certeza de esta crisis es que verdaderamente no tiene precedentes en la historia moderna subraya el documento del Banco Mundial. Incluso ahora el nuevo debate que asoma en la comunidad internacional se centra en el desequilibrio que se produce en el acceso a las vacunas. Los países ricos corren con ventaja.