La medicina cubana y el personal de la salud, son muy respetados en el mundo entero.
Al margen de la pobreza y de las carencias del pueblo que habita en esa isla caribeña, si hay algo que no se discute es la capacidad de sus profesionales, en un escenario donde el contraste es tan evidente, que con una simple recorrida por sus pintorescas calles se puede advertir claramente su falta de progreso.
Cuba tiene como principal fuente de ingresos al turismo, particularmente por la belleza de sus playas y por los servicios que ofrece en los destinos tradicionales, donde el "all inclusive" es una atracción nada despreciable.
Durante un buen tiempo, se destacó por su nivel educativo, algo que tuvo un decrecimiento significativo en los últimos años, como consecuencia de un marcado declive en un aspecto de semejante importancia y que tiene un emparentamiento directo con una sociedad que en un alto porcentaje, lamentablemente, no alcanza a cubrir sus necesidades básicas.
Las informaciones de los últimos días hacen referencia a la producción de una gran cantidad de vacunas contra el COVID-19, que son identificadas como Soberna 02.
Se habla de unas 100 millones de dosis, que además de satisfacer su demanda interna, harían lo propio con las necesidades de otros países, que ya se mostraron interesados en la compra de esa medicación.
Científicos isleños aseguraron que se están reorganizando las capacidades de producción de la nueva vacuna, para dar una respuesta favorable ante una pandemia que mantiene encendidas todas las alarmas.
En ese aspecto, el Instituto Finaly, a través de sus científicos, trabajó en la Soberana 02, que ya superó todas las pruebas de laboratorio, en tanto la Soberana 01 está en una línea de investigación menos avanzada.
Pero no son las únicas vacunas en las que se vienen realizando experiencias, ya que otros centros biotecnológicos cubanos, están haciendo lo propio con dos nuevos proyectos, identificados como Abdalá y Mambisa, según informes suministrados por medios periodísticos.
De los mismos reportes, se desprende que las 100 millones de dos previstas, serían exclusivamente de la Soberana 02 y sobre el particular, ya habría interesados.
Concretamente, se trata de Venezuela, Irán y Vietnam, países con los que Cuba tiene rubricados convenios de intercambios, pero además podrían sumarse la India y Pakistán, de acuerdo a las versiones que circulan en La Habana.
Mientras tanto, unos novecientos voluntarios se sumaron a las pruebas que se vienen realizando, con resultados satisfactorios, de acuerdo con lo señalado oportunamente por el Instituto Finaly.
Siempre tomando como referencia lo expresado por el propio laboratorio, no se constataron efectos adversos entre la totalidad de las personas que fueron inmunizadas con un placebo, antes de recibir la vacuna real.
Las personas inyectadas, comprendidas entre los 19 y los 80 años, tuvieron que aguardar en el mismo centro de salud, entre 24 y 72 horas, antes de retornar a sus hogares.
Se dejó en claro que el antígeno es seguro y eficaz, porque no contiene el virus vivo, sino partes del mismo. Su aplicación, además de generar inmunidad, no ocasiona reacciones mayores y lo que es más importante, la nueva vacuna, a diferencia de las otras, que ya comenzaron a utilizarse, no requieren a una refrigeración tan estricta.
Los investigadores del Instituto Finlay trabajan con otros países, como Italia y Canadá, para verificar el impacto de la vacuna cubana en las personas que ya tuvieron COVID-19 y hoy están en riesgo de contraer nuevamente el virus, como consecuencia del rebrote.
Pero además, los profesionales cubanos evalúan actualmente el comportamiento de las vacunas producidas en la isla ante el impacto generado por las nuevas mutaciones como las observadas en Gran Bretaña y otros países.
Se aseguró que durante las próximas semanas se extenderá la vacunación a 150.000 personas en territorio cubano, en un esfuerzo por poder lograr la inmunización masiva, incluidos los niños.
Vale la pena recordar que tras varios meses de mantener bajo control la pandemia, Cuba sufrió un rebrote este mes, presuntamente a raíz de haberse concretado la reapertura de sus aeropuertos al turismo, y a pesar de contar con un exigente protocolo sanitario al que deben someterse los viajeros que llegan a la isla caribeña para disfrutar de sus vacaciones.
Las nuevas vacunas que produzcan los laboratorios cubanos serán gratuitas y de colocación voluntaria para su población, pero no así para los restantes países, que deberán abonar un costo todavía no determinado por las mismas, que permitirá solventar los costos de investigación y los honorarios de los investigadores, en un país donde los salarios están muy devaluados.