Suplemento Economía

La nueva política económica y el cambio de paradigmas

Tanto el escenario mundial como local cambiaron a lo largo del año. La respuesta del gobierno ante un contexto diferente.

A lo largo del 2011 la economía mundial estuvo marcada por el devenir del problema de deuda existente en Europa. Según la OECD la Eurozona ya se encuentra en recesión, elevando significativamente el riesgo de un freno de la economía global.

Ante este contexto Argentina no se encuentra blindada. El año electoral llevó al gobierno a incrementar fuertemente el gasto público aunque ya se desaceleró su incremento en el mes de noviembre. Las cuentas fiscales más acotadas, el agotamiento de las llamadas reservas de libre de disponibilidad y la dificultad creciente de financiar el déficit fiscal vía emisión por la elevada inflación obligan a la actual administración a moderar la expansión del gasto público.

Como muestra de la desaceleración local, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado que elabora el Banco Central se espera para el cuarto trimestre del año un incremento anual del PBI de 6,4%, bastante por debajo de la expansión acumulada en los primeros nueves meses del año (+9,4%).


Mayor proteccionismo y Crecientes Controles


En este sentido, desde la consultora Ecolatina, señalan que cuando el crecimiento global desaparece o se estanca, las políticas proteccionistas ganan terreno, agudizando el efecto de la caída del nivel de actividad sobre el comercio exterior. Por cierto, según la consultora, la crisis financiera internacional desatada a fines de 2008 no fue la excepción: el PBI mundial se contrajo 0,7% en 2009, mientras que el volumen comerciado cayó 10,7%.

Si bien los analistas del centro de estudios no avizoran un escenario de actividad tan adverso como el registrado tras la caída de Lehman Brothers, el crecimiento mundial marcaría al menos una desaceleración en 2012. En este contexto, el comercio internacional estará caracterizado por más países con vocación de vender sus productos en el exterior que de comprarlos, lo que incentiva la adopción de nuevas medidas proteccionistas.

Por cierto, en la reciente Cumbre del Mercosur realizada en Montevideo los presidentes del bloque acordaron ampliar la lista de excepciones al Arancel Externo Común (AEC). El objetivo es que cada país miembro elija cien productos a los cuales aplicarle tarifas superiores al AEC por un año –sin superar el tope del 35%– para proteger sectores locales “por razones de desequilibrios comerciales derivados de la coyuntura económica comercial”

Esta decisión fue impulsada principalmente por Brasil y Argentina, ante el recrudecimiento de la crisis europea, que ya impacta en la actividad de ambas economías.

El motivo principal de elevar los aranceles por encima del AEC pasa, principalmente, por una eventual invasión de productos asiáticos como resultado de la menor demanda europea. Las compras externas a los principales proveedores asiáticos representan actualmente 31% de las importaciones totales de Brasil y 25% de las argentinas.

En el caso de nuestro país el ingreso de productos chinos y coreanos más que se triplicó entre 2006 y 2011: creció 249% y 246%, respectivamente, el doble que el incremento de las importaciones totales (+123%) en dicho período.

La respuesta de los países del bloque a los posibles efectos de la crisis será una intensificación del proteccionismo, lo que implicará una caída en el intercambio comercial extra-Mercosur.

En consonancia con ello otro aspecto que el gobierno decidió intensificar son los controles sobre la economía. No solo se elevarán aranceles sino que crecerán las trabas para-arancelarias, las restricciones a las compras de divisas, mayores controles por parte de la Autoridad Federal de Impuestos y nuevas leyes que permitan penar ciertas prácticas que se consideren especulativas.


Sintonía Fina


En resumen, pasadas las elecciones se vivió un despertar de la temática económica. La radicalización de la salida de divisas, la búsqueda de acotar subsidios y los discursos presidenciales que reconocen inflación y hablan de sintonía fina son las muestras del fin de un período y el inicio de uno distinto.

¿Es grave la situación? No. Simplemente comienzan a operar sobre la economía las restricciones que operaron históricamente. Y esto en el corto plazo lo que exige son o bien políticas más sensatas o un mayor número de restricciones. Por el momento el gobierno decidió usar ambas opciones. Por un lado las ya mencionadas prohibiciones para importar, las dificultades para adquirir dólares y las intervenciones sobre mercados. Por el otro, busca aplicar políticas consistentes con el equilibrio presupuestario eliminando subsidios, controlar expectativas inflacionarias acotando las discusiones paritarias y limitando reclamos sectoriales.

De esta manera, Argentina evidenciará un crecimiento más moderado de entre el 3% y 4%, cuentas externas equilibradas o con un pequeño déficit y cuentas fiscales levemente deficitarias. El punto más conflictivo es la inflación para la que se requieren políticas consistentes que en estos años estuvieron ausentes: expansión monetaria moderada, limite al financiamiento del gasto público vía emisión y convergencia de expectativas entre gobierno, empresarios y sindicatos.

(Redacción ON24.Fuentes: Ecolatina, BCRA, Mecon)

Autor: Redacción

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