Editorial

La necesidad de exportar más

Con un nivel de endeudamiento que ronda el 100% del PBI y una economía que se encuentra en franca caída a través de un tobogán sin fin, a lo que se suma el regreso de la maquinita de imprimir pesos para cubrir el rojo de las cuentas públicas en este último tramo del año y la imposibilidad de acceder a fuentes de financiamiento en el mercado, la Argentina debe resolver cómo obtener dólares genuinos. La exportación de bienes y servicios representa una gran oportunidad y bien se han logrado avances en los últimos años aún queda un enorme camino por recorrer. 

En los últimos meses se ha consolidado un superávit de la balanza comercial no tanto por el aumento de las ventas al exterior sino vía reducción de las importaciones por la recesión que se traduce en un menor consumo interno, lo cual ha dado un pequeño alivio al Banco Central. La otra vía de ingresos de dólares ha sido el jugoso crédito -aún incompleto- del Fondo Monetario Internacional, convertido en el único prestamista al menos en este tramo de la historia de una Argentina cuyo riesgo país supera los 2.000 puntos básicos. 

La apertura de mercados como China y otros para las carnes argentinas y frutos de economías regionales han mejorado las perspectivas del comercio exterior, pero sigue siendo insuficiente para apalancar un crecimiento sostenido de las exportaciones. Y ahora el interrogante, ante el cambio de gobierno que se avecina, es que si los salarios recuperan parte del poder de compra perdido habrá una reactivación del mercado interno que repercutirá en los saldos exportables, es decir habrá menos volúmenes para colocar mercaderías fronteras afuera. Y eso significará una retracción de las exportaciones y menos dólares. 

Esta semana se conoció el informe de la consultora Ecolatina, en el que se destaca que en octubre de 2019, la balanza comercial bilateral entre Brasil y Argentina arrojó el mayor superávit del año de USD 290 millones, más que revirtiendo el déficit de USD 70 millones alcanzado en igual mes del año pasado. Esta mejora obedeció, advierte el documento, al desplome de las importaciones que llegaron al 32% interanual, ya que las exportaciones, aunque estuvieron en terreno positivo, avanzaron a una menor cuantía en torno al 4% en comparación con igual mes del año pasado. En otro orden, resalta el fuerte deterioro del flujo comercial, que marcó un piso para el mes desde 2005. Dada la importancia de tener un intercambio aceitado con nuestro principal socio, esta dinámica enciende algunas señales de alarma.

Por otro lado, la mejora de las exportaciones se atenúa al tener presente que las compras de Brasil al resto del mundo crecieron más de 10% interanual. Como resultado, la participación argentina en el gigante sudamericano pasó de 6,1% en octubre de 2018 a 5,7% en 2019.

Siempre en base al intercambio comercial con Brasil, en el acumulado a los primeros diez meses del año, nuestro país registra un saldo positivo de USD 665 millones, de modo que casi la mitad se explicó por el resultado del último mes, más que contrarrestando el déficit totalizado en el acumulado enero-octubre de 2018 que trepó a USD 4.160 millones. Lamentablemente, considera Ecolatina, esta recuperación obedece al desplome de las importaciones de un 50% ya que las exportaciones también retrocedieron en la comparación interanual un 4%, algo que era esperable dado el estancamiento de la economía brasileña.

Considerando la tendencia del último mes y que la economía argentina no se recuperará en lo que resta del año, como así tampoco la brasileña, la consultora estimó que el saldo comercial con el vecino país alcanzaría USD 950 millones en 2019, producto de importaciones que caen significativamente más que las exportaciones. Hay que reparar en las dudas que se generaron sobre el futuro de la relación con el principal socio comercial de Argentina luego de las declaraciones cruzadas entre su presidente, Jair Bolsonaro y nuestro próximo presidente, Alberto Fernández. En tiempos de vacas flacas para nuestro país es importante que los mercados externos no se cierren recomienda Ecolatina. En consecuencia, si el conflicto político atenúa las posibilidades de vender en Brasil podría agravar una caída de la demanda interna que, al menos hoy, no encuentra piso ni luz al final del túnel.

Mientras tanto, para lo que resta del año la economía argentina tendrá sus peores meses hacia el final del 2019. La principal causa será una debilitada demanda interna. La aceleración de la inflación y el consecuente deterioro de los ingresos reales reducirá el consumo privado, dinámica que impactará negativamente en la actividad comercial e industrial. Al mismo tiempo, el elevado costo de financiamiento y la incertidumbre acerca de las políticas a tomar por el próximo gobierno frenan cualquier tipo de inversión productiva, lo que repercute con mayor dureza en la construcción, la actividad inmobiliaria y el sector financiero, con un mercado de crédito muy limitado.

El plan económico que implemente el próximo gobierno determinará si finalmente logramos encontrar la salida al continuo deterioro que enfrenta la economía argentina. 




 

Autor: REDACCION

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