JOHANNESBURGO, 11 (AFP-NA). - A cada vida, su
despedida. Y para la de Nelson Mandela, una fiesta. Eso era lo que
se esperaba este martes en el estadio Soccer City de
Johannesburgo, pero la lluvia hizo que no se llenase y además
abundaron los abucheos al presidente Jacob Zuma, a quien muchos consideran un corrupto. Además, se le ha
reprochado que no decretase feriado este martes para que mucha más
gente fuera a los homenajes a Mandela.
La
lluvia hizo que muchos demoraran buscar su asiento y se entregaran
a este ejercicio mientras esperaban el inicio de la ceremonia.
Luego, aburridos por los discursos y mojados por la lluvia, se
fueron yendo de las gradas para repetir las idas y venidas por los
pasillos.
La sensación de estar ante un momento único, como el entierro
de Mahatma Gandhi o el de Isaac Rabin, atrajo a gente de a pie, a
miles de periodistas y a celebridades como Bill Gates, Charlize
Theron, Oprah Winfrey, Bono y Naomi Campbell.
El discurso de Barack Obama, agradeciendo a Mandela una lucha
que dijo, le benefició a él, encendió brevemente a la multitud,
aunque la megafonía no era excelente.
El día pretendía ser una fiesta y pocos querían expresar dudas
sobre qué harán los sudafricanos con el legado de Mandela, el
hombre que guió a Sudáfrica desde el régimen racista del apartheid
a una democracia plena.