Editorial

La irresponsabilidad social

El escenario global no ofrece por estos días la mejor imagen de la humanidad, que ante la aparición del coronavirus mortal se muestra desorientada ante una amenaza que por ahora no tiene una respuesta de la ciencia, que si bien se esfuerza contrarreloj y logra avances todavía pide más tiempo. Asustados y sin una hoja de ruta clara porque la visibilidad es nula en medio de esta tormenta sanitaria, los distintos gobiernos comenzaron a tomar en forma gradual distintas medidas para ganar tiempo y reducir daños al mínimo posible en cuanto a vidas hasta que una eventual vacuna devuelva cierto control sobre el futuro. 

Por ahora ese conjunto de medidas se centran en una mayor higiene personal y de los espacios, en la distancia social y en el aislamiento que ahora vira en un formato más extremo con el cierre de fronteras internacionales e incluso en regiones dentro de los países, como sucede con las provincias de Chaco o Salta entre otras en la Argentina. Las autoridades insisten en generar toma de conciencia en la población, en recrear la solidaridad, la empatía y sensibilizar sobre la necesidad de que todos respeten las indicaciones que en su mayoría son sugeridas por expertos sanitaristas. En este nuevo mundo signado por el coronavirus no hay certidumbre posible, pero uno de los insumos esenciales tiene que ver con la responsabilidad personal y colectiva, esto es obedecer las recomendaciones u órdenes que imponen los funcionarios a cargo de los gobiernos. Hasta que no haya otra receta para enfrentar esta crisis es la única alternativa. La cuarentena es aburrida, cuesta permanecer muchísimo dentro de una casa o departamento saliendo a la calle solo para cuestiones básicas como ir al supermercado o a la farmacia, pero hay que hacerlo. Los trabajadores de la salud y de seguridad deben estar al pie para atender a los enfermos y para preservar el orden sin excusas para cumplir su servicio público mientras otros tantos trabajadores principalmente de la industria de la alimentación también deben buscar mantener la cadena de suministros. 

Cada día se analiza el cuadro de situación y en ese esquema surgen nuevas disposiciones con el foco en la crisis sanitaria, pero en este contexto no se puede dejar de atender las implicaciones económicas puesto que la vida continúa. Los argentinos soportamos desde hace dos años una recesión que se manifiesta en una caída abrupta de la actividad económica, del consumo y en un aumento del desempleo, la pobreza y la indigencia. En este contexto se inscriben los nuevos anuncios del Gobierno nacional para transferir recursos a los sectores vulnerables, como los jubilados que perciben los haberes mínimos o quienes cobran la Asignación Universal por Hijo, asistir a las actividades económicas más afectadas por las restricciones contra el coronavirus y de esa manera luchar contra la recesión. 

Además, se resolvió cancelar desde el viernes y hasta el miércoles los vuelos de cabotaje, el servicio de trenes y de colectivos de media y larga distancia con el objetivo de desalentar los viajes durante el fin de semana largo. Esta resolución se deriva de ciertas actitudes poco responsables que se han evidenciado entre los argentinos, que no son exclusivas de este país puesto que Italia paga con vidas esa falta de conciencia social de una parte de su sociedad. Es que en el país europeo, cuando los medios de comunicación anticiparon la aplicación de una cuarentena que afectaría zonas donde viven 16 millones de personas, algunas miles de éstas se apresuraron a viajar a otras regiones del centro y sur para no quedar "atrapados" o bloqueados con la medida que restringía el movimiento. Sin quererlo, con esta travesura en forma de éxodo ayudaron -los que estaban contagiados- a propagar el virus a todo el país lo que obligó a declarar a toda la nación en cuarentena. Cuando se advirtió el resultado de la "picardía" fue demasiado tarde. 

En la Argentina hubo reflejos de esa actitud mezquina el fin de semana pasado, cuando cientos de vehículos con turistas procuraron ingresar al balneario bonaerense de Monte Hermoso, pese a las medidas y recomendaciones de guardar cuarentena en el marco de la pandemia de coronavirus anunciadas por autoridades nacionales y provinciales. Esta conducta fue objeto de un masivo repudio en redes sociales y incluso del presidente, Alberto Fernández, quien publicó el siguiente mensaje: "Te proponemos que no trabajes y que tus hijos no vayan al colegio para que se queden en casa y no corran el riesgo de contagiarse. Si salen, si se exponen a la circulación pública, se están poniendo en riesgo. Aíslate con tus hijos. Cuidate y cuidalos!". Posteriormente, a modo de reto público subió el tono al señalar que es necesario "entender que no estamos dando 14 días de vacaciones".

Ante estos riesgos, el Gobierno suspendió el transporte público de larga distancia de viernes a miércoles, los centros turísticos comenzaron a pedir que nadie viaje porque está todo cerrado y ahora se anunció el despliegue de Gendarmería en las rutas para desalentar la circulación de vehículos particulares. 





Autor: REDACCION

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