Coincide con una fecha magnifica que era el aniversario de la primera invasión inglesa. Era un momento importante, eran doscientos años de la invasión, y tenía ganas de escribir sobre eso. Al mismo tiempo me entero que había una movida de escritoras románticas que estaban escribiendo sobre el aspecto histórico de la Argentina, y me subo a esa movida. No había empezado a leer eso, pero conocía el tema porque lo había preparado muchas veces como finales de la universidad. Me encantaba ese tema y me lancé a escribir, a la editorial le gustó la idea, y a partir de ahí no paré. Es una carrera casi mágica porque sé que no a todo el mundo le pasa, y tiene que recorrer varias editoriales, insistir varias veces, enviar varios libros, participar en concursos. En mi caso nada de eso pasó. Pero no es lo normal.
Cómo continuó el trabajo literario
El segundo libro fue sobre el aniversario de la segunda invasión inglesa. Y después decidí irme a otro lugar histórico que me gusta mucho que es principios del siglo veinte en Buenos Aires con los castillos, palacios, lo que es Recoleta y es “Lo que no se nombra” que fue la tercera novela. Ahí empecé a moverme en lo que es la novela romántica. A partir de ahí, con los títulos que continuaron, seguía en la parte histórica pero trataba de contar lo que yo tenía ganas en ese momento, que ya no estaba tan relacionado con algún aniversario si bien después escribo una sobre el 25 de Mayo de 1810. Iba por temas: el lugar de la escritora, el lugar de la esclavitud. Y siempre quedaban temas pendientes.
Cómo informarse y cómo investigar para conocer esas historias
Al ser historiadora sé hacia dónde tengo que ir. Eso es fundamental. Siempre digo que investigo con mis profesores, voy con ellos. También fui juntando material a lo largo de los años sobre cuestiones de género, historia de las mujeres, de la vida cotidiana. En base a esos libros que fui comprando pude organizar la colección “La historia argentina contada por mujeres” que estamos presentando con Gilda Manso como autoras. Hay archivos digitales seguros muy importantes que se pueden consultar como la Biblioteca Nacional, periódicos digitales, hay sitios interesantes con mucha información e imágenes. Pero no quedarse ahí. El libro de Mariquita Sánchez de Thompson se me ocurrió en dos mil once pero lo escribí varios años después. Hay muchos libros de los años treinta, pero también los nuevos que tienen la última información publicada. Todos son importantes. Y con mis libros quise que la historia llegara a niveles de divulgación, queriendo trasladar lo que había aprendido al público en general. Obviamente uno pierde ciertas cosas, como las citas, que tanto defendemos los historiadores.
Con qué intenciones emprendimos el tema de las mujeres en la historia
Ocurrió en dos mil once, cuando me encontré con todo el archivo de Mariquita Sánchez. Creo que tengo todos los libros sobre ella. Leía y pensaba escribir su biografía, que después se publica una y ya no era el momento. Pensé en la posibilidad de hacer una novela sobre ella. Escribí otros libros pero seguía con la intención de escribir sobre ese tema. Cuando uno lee su historia y ve la cantidad de documentos que quedaron sobre ella, se puede escribir la historia del siglo diecinueve en Argentina desde las Invasiones Inglesas hasta la Batalla de Pavón, seguro. Dos fechas que son centrales. Mariquita tiene información sobre las invasiones, sobre la Revolución de Mayo, sobre la época de Rivadavia, sobre la época de Rosas, tiene montón de material. Esas dos ideas se desdoblan. Por un lado escribo la novela sobre Mariquita Sánchez -“La dama de los espejos”- con sus dos historias de amor, al menos para mí, en la cual no inventé hechos que no estuvieran en los documentos, es novela histórica, si bien es ficción. Y me queda la idea de escribir una historia del siglo diecinueve con fuentes femeninas. Porque me pasaba que leyendo libros de historia argentina, conociendo muchísimo material sobre mujeres, juicios, cartas, testamentos, y que todo eso puede ser tomado como fuente, seguíamos viendo que estaba ausente el tema. Entonces se construye una idea de que no hablaban, que se la pasaban cosiendo, no participaban de nada de lo que tuviese que ver con la vida social y económica del país, de la región, de la ciudad. Pero era una idea complicada. En un momento me reúno con mi editora y le comento esta idea de hacer una historia argentina contada por mujeres. A ella le encantó, le hice el proyecto, y ahí dejó de ser idea para transformarse en un problema. Me puse a trabajar con Gilda Manso porque sola no podía hacerlo. Fue un proceso larguísimo de encontrar la fuente, de encontrar el tono de la colección, siendo dos escritoras diferentes, ver a quiénes íbamos a poner y qué temas íbamos a trabajar porque el índice es cronológico y al mismo tiempo lo atraviesa un tema. Y habiendo aprendido esa historia, el objetivo era enganchar esa cronología con la fuente, y ofrecerle al público estudios de género en historia social que se vienen haciendo desde nuestra democracia pero que no se conocen.
Cómo llegar a las historias de otras mujeres desconocidas
A veces las otras son un ejemplo que pone un investigador en un texto. Y lo transformo en otra cosa. Fuimos a congresos donde encontré mucha información. Ir a un archivo sería imposible de analizarlo por la cantidad de documentos que tiene. Sí lo hacen los que están haciendo una tesis o los equipos de investigación. Decidimos trabajar con material editado. Y allí empezamos a descubrir libros de mil novecientos veinte, o del cincuenta, como los del Padre Guillermo Furlong, un jesuita, que me sirvieron muchísimo. La revista Todo es Historia que tiene mucho de la recopilación de fuentes, o buscar datos que se mencionan en las fuentes. Periódicos femeninos. Hay mucho material que quedó, que le prendieron fuego, que consideraron no servía para nada. Y mucho que está esperando en los archivos ser descubierto. Sobre todo en archivos judiciales. Tengo la esperanza de que aparezcan archivos sobre mujeres, por ejemplo sobre la prostitución. Siempre me interesa la voz femenina, lo relatado por mujeres. Los nacimientos, los partos, la reproducción social son temas de investigación también.
Historias muy particulares
El primer tomo de la colección analiza una carta de Remedios Escalada que no es conocida. En una parte se queja de que está enferma, pero en realidad es una carta de agradecimiento. También está la historia de Josefa Tenorio. Era negra y esclava. Decidió incorporarse al ejército al mando del General Las Heras, vestida de hombre, tomando un fusil. Y le escribió a San Martín para pedir por su libertad dejando en claro que si ser útil a la Patria era muestra de valor en un varón, lo era aun más en una mujer.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Gabriela Margall