No hay forma, pasan los gobiernos, pasan numerosos presidentes y en especial una enorme cantidad de ministros de economía pero nadie puede eliminar la inflación como un problema estructural de la Argentina, más allá de que en algún período se ha logrado un control parcial. Esta semana se informó oficialmente que más del 35 por ciento de la población del país vive en condiciones de pobreza y que más de la mitad de los chicos es pobre, con todo lo que eso representa para la forma en que se alimenta, se abriga, se educa, accede al derecho de la salud y hasta como juega como niños que son. Es que recortar las oportunidades de futuro es una de las especialidades de este mal endémico argentino llamado pobreza. Justo cuando hacen falta infancias bien cuidadas, que se alimenten bien y se eduquen para incorporar las habilidades que necesitarán para un mundo del trabajo en constante transformación.
Tras la difusión de la radiografía de la pobreza que hizo el INDEC el lunes pasado, surgieron tantísimas lecturas sobre lo que se hizo mal y lo que no se hizo para al menos sostener la utopía de la pobreza cero, un concepto movilizador que quedó vacío con el paso de los años y que quedó con mala imagen en el infinito terreno de las promesas inclumplidas por la mala política.
Desde el Gobierno, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, afirmó que la gestión de la Casa Rosada sigue enfocada en "reducir la inflación" para que baje la pobreza. En la misma línea, el principal "desafío" del Gobierno es "bajar la inflación" en un contexto en el que "muchas empresas están acelerando" la suba de precios, consideró el CEO de la consultora Analytica, Rodrigo Alvarez. ¿El motivo? Los empresarios vaticinan que una vez que se produzca un cambio en el gobierno se viene una lógica de acuerdo de precios y salarios fuerte.
De forma simple, el economista mostró la reacción de los empresarios ante las expectativas de lo que puede suceder. Es decir, se toman decisiones hoy ante lo que se espera puede ocurrir en uno, dos o tres meses. En este escenario, analistas del mercado estimaron que la inflación de este año será de 54,9% y la de 2020, de 40,5%, indicó el Banco Central al presentar el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Los especialistas consultados consideraron que la inflación de septiembre habría sido de 5,8% mensual tras revisar sus previsiones. Y para octubre, esperan una tasa de 4,4% mensual, lo cual representó una leve variación al alza respecto del estudio anterior.
Una vez más, entonces, se comprueba el fracaso de las políticas públicas argentinas para reducir la inflación, que nuevamente gana la partida ahora ante lo que era considerado el mejor equipo de gobierno de los últimos 50 años, integrado en algunos casos por economistas con maestrías y posgrados de las mejores universidades estadounidenses, que a su vez son las más destacadas a nivel mundial.
¿Y qué pasa en los países de la región con este rival imbatible que es la inflación para la Argentina? Bolivia registró en septiembre una inflación negativa de 0,08%, la segunda tasa más baja del año, informó el estatal Instituto Nacional de Estadística (INE). Con ese dato, la inflación acumulada hasta el tercer trimestre alcanzó 1,46%, mientras que la tasa anualizada se ubicó en 2,26%. La variación negativa obedeció esencialmente a la baja de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas (-0,29%). El estatal Banco Central de Bolivia (BCB) proyectó que este año la inflación cerraría en torno al 3,5%, mientras que el crecimiento de la actividad económica se ubicaría alrededor del 4,5% aunque en este caso los organismos internacionales redujeron su previsión al 4%.
En tanto, la inflación en Uruguay fue de 0,88% en agosto -aún no se conoce la de septiembre-, cifra que lleva el acumulado en 12 meses a 7,88%, por encima del techo del rango meta oficial según el Instituto Nacional de Estadística (INE). En lo que va del año, la variación del Indice de Precios al Consumo (IPC) alcanza 7%.
En Chile, en agosto de 2019, el Indice de Precios al Consumidor (IPC) anotó una variación mensual de 0,2%, acumulando 2% en lo que va del año y un alza a doce meses (con respecto a la base referencial del índice) de 2,3%, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Para cerrar esta recorrida para espiar que sucede con los precios en los países vecinos a la Argentina, la inflación en Brasil, medida por el Indice Nacional de Precios al Consumidor (IPCA), se situó en agosto en 0,11 por ciento, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). El IPCA acumula tasas de inflación del 2,54 por ciento en el año y del 3,43 en 12 meses hasta agosto.
Resumiendo, hasta agosto Uruguay acumula desde principios de año una inflación del 7%, Chile 2,26% y Brasil 2,54%. ¿Argentina? El acumulado en los primeros ocho meses del año asciende a 30%.