Sí. Mi abuelo me llevaba prácticamente todos los domingos al teatro y veía que con entusiasmo miraba las obras. Estoy hablando de cuando yo tenía diez años. Y si en algún momento la obra me aburría o no me llegaba totalmente le decía “abuelo me voy a hacer pis”, y salía un rato, hablaba con los acomodadores y después entraba. Claro, cuando llegábamos a mi casa, mi mamá le preguntaba cómo me había portado, y él decía “Bien, porque hoy no hizo pis”. O sea que la obra me había gustado. Siempre estuve viendo teatro que eso es una maravilla. Y que toda la gente joven que estudia y que quiere ser actor debe hacer. Además de estudiar. Porque uno escucha los tonos, las expresiones, los giros que tenemos los actores. Cada vez que podemos tenemos charlas con los alumnos, lo que es muy lindo, porque la mirada de los jóvenes que quieren ser actores es totalmente distinta a la del público mayor que recibe desde otro lugar la obra que los conmueve. He tenido una vida desde muy chico, muy relacionada al teatro, a las artes, al estudio. Mi padre era un vasco muy cabezón, y era muy extraño que su hijo quisiera ser actor. Yo estudié, le di todos los gustos, me recibí, hice todo que él quería. La primera vez que subo a un escenario profesional lo hago en el Teatro Odeón de Buenos Aires con la señora Olga Guzmán, Beatriz Taibo, y un elenco maravilloso. Y yo era la primera vez que subía a un escenario profesional. Estaba muy nervioso por el estreno, pero mucho más nervioso porque en la platea estaban mi mamá y mi papá. Termina la obra, mi personaje era muy lindo, trabajaba George Hilton que ahora triunfa en Italia. Tengo muchos lindos recuerdos de esa primera obra arriba de un escenario. Cuando salimos la gente me saludaba, y mis padres me invitaron a comer una pizza. Nos sentamos y ninguno de los dos me hablaban de la obra, y yo no quería preguntar, me cuidaba, tenía en ese momento diecisiete años. Hasta que en un momento mi mamá dice “me gustó la obra”. La primera palabra sobre el tema. Y mi papá me mira fijo y me dice “te gusta el teatro”. Le dije que me gustaba mucho. Y agregó “sos bueno, me gustaste mucho”. Con lo cual sentí de alguna manera que era ésa la bendición de mi padre para que siga. Dentro de su mente inteligente, entendió que la cosa iba por ahí y lo aprobó. En mi vida hice radio, trabajé mucho con Alberto Migré, que era un gran amigo, un maestro maravilloso, que me enseñó muchísimo en la radio. Era muy minucioso y marcaba muy bien los tonos. Era muy formado, muy inteligente. Empezó a escribir de chico y era muy talentoso. Sus personajes hablaban cada uno como era. Un médico hablaba como médico, el ama de casa como ella, un tachero como tal. Era muy observador.
Cómo fue mi formación
Empecé a ver mucho teatro con mi abuelo como dije. Después estudié con una grande, una maestra maravillosa que fue Hedy Crilla. Igual hice cursos con Raúl Serrano, con muchos profesores de teatro importantes como Agustín Alezzo. Leo mucho, me encanta leer novelas, teatro, siempre quiero estar activo y moverme y hacer cosas, por suerte la salud me acompaña. Es lo que pido todos los días cuando me levanto y agradezco.
Mis referentes en la profesión
Tuve la suerte de trabajar al lado de las figuras más importantes de la escena nacional. Lola Membrives, Paulina Singerman que me enseñó a hacer comedias, Osvaldo Miranda y Ernesto Bianco que eran soñados. Y directores, de los cuales de todos y cada uno aprendí mucho. Tuve la dicha de llegar a trabajar con todas las grandes actrices cuando se hizo Hoy ensayo general Hoy y Muchachas del tiempo aquel en el Teatro de la Ribera donde estaban todas. Ahí compartí escenarios y cenas con anécdotas inolvidables.
Límites del actor en su trabajo eligiendo una obra o un papel
El límite es que me interese lo que me propongo. Tengo un largo camino recorrido. Digo trayectoria, no digo carrera porque nadie me corrió. Si me gusta la propuesta… lo anterior que hice fue Orquesta de señoritas y era un desafío muy grande, y nos fue bárbaro. No es el hecho de trabajar por trabajar. Me gusta trabajar, me gusta estar arriba del escenario, pero lo que hago también.
Mi trabajo como director
He dirigido varias cosas, por ejemplo un monólogo con Mariano Fernández que trabaja en Las heridas… y el año pasado lo llevamos a Mar del Plata. He dirigido comedias, he dirigido teatro para los colegios, tampoco me llaman para dirigir. Pero cuando estoy haciendo teatro no quiero hacer muchas cosas. Me gusta muchísimo dirigir pero a esta altura de mi vida elijo lo que más me hace feliz.
*El texto pertenece a la entrevista realizada por Raúl Vigini a Miguel Jordán